- Capítulo 30 - ( Maratón )

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Un sueño. Un maldito pero bendito sueño a la vez.

Nunca en mi vida había tenido un sueño así, ni siquiera parecido. Mis sueños eran raros, lo típico... Soñar que vuelas, que caes desde un rascacielos, con un abrazo de un ser querido... Pero, soñar con acostarme con un paciente... Aunque relativamente ya no lo era. No, ya no lo era. Y no podía ser posible.

Debía ser una sugestión. Nada más.

Necesitaba agua. Algo que me ayudara a despertarme completamente y a olvidar un poco aquel sueño en el que fui protagonista con Michael de una forma que me avergonzaba. Aunque fue sutil y bonito. Sentí como si él estuviera de verdad delante de mi, como si fuera real que había estado metido en mi cama y me hubiera abrazado y besado.

Dios. Olvidarlo.

Mas que nada porque no me hacía bien estar recordándolo desde que terminé de soñarlo.

Cuando salí de la habitación observé todo el pasillo hasta visualizar las escaleras por si Michael rondaba por ahí. Siendo sincera, totalmente franca, no tenía ni idea de dónde estaba durmiendo Michael todas estas noches que se quedó en casa. Por eso observe bien todo con detalle y salí de allí al estar completamente segura de que Michael no estaba.

" A lo mejor se ha marchado "; mi conciencia había vuelto a despertarse. Como yo.

" No. "

Me contesté a mi misma.

" Tal y como querías. "

Insistió.

"No. En realidad no. "

Y así era. No pude explicar el alivio que sentí al verle sentado en el sofá del salón pulsando botones del mando de mi equipo de música como si ninguna canción pareciera ser buena para él en ese momento. Y él adoraba la música. Toda, según me había dicho siempre en las sesiones.
Pero parecía estar inquieto, molesto e incómodo. Con el codo apoyado en el brazo del sofá, la mano en la nuca y con la mirada centrada en la gran máquina de color negro que mostraba como iban pasando canciones con aquellos números de color azul que pasaban con rapidez gracias a Michael, el chico de ojos marrones dejó de mirar la máquina para mirarme a mi. Pudo sentir mi presencia en pocos instantes, en cuanto planté mis pies en el frío suelo del salón.

La sensación fue extraña pero tan intimidante como siempre lo era porque su mirada podía conmigo en todas las situaciones en las que le tenía delante.

Bajó, aún más, el volumen desviando así un poco sus ojos de mi rostro para que al segundo, soltando el mando, con gesto nervioso muy típico en él, pasara sus grandes manos por sus piernas antes de dedicarme una sonrisa que estuve a punto corresponder. Pero yo misma me negué. No quería dar pie a nada más, no quería provocar de nuevo en mi ese sentimiento y esa emoción que hacía dar saltitos a mi corazón. Y tampoco pretendía provocar nada en él, provocarle sería... Un paso hacia atrás en mi intento por evitarle ( aunque era muy complicado teniéndole metido en casa ).

- ¿Te he despertado? - Inquirió con un tono dulce.

Me tomé unos segundos para respirar hondo ante ese gesto tan increíble que solía hacer, ahora estaba pasando las manos por su pelo para hacerse ese moño improvisado, de esos que le quedaban tan sumamente bien.

- No. - Contesté como pude antes de tragar saliva con dificultad.

- ¿Te encuentras bien? - Susurró antes de que mis pies avanzaran sin permiso hacia el sofá, consiguiendo que me sentara en la esquina opuesta en la se encontraba él. Incluso él se sorprendió por lo que hice. Me estaba sentando a su lado y ni siquiera yo lo entendía. Ni él parecía entenderlo. - Me miró a los ojos y yo hice lo mismo con timidez. - Te noto sofocada... Tus mejillas están...

Sin querer, mis manos fueron a parar a mis mejillas ruborizadas y acaloradas. ¡¿Pero cómo no iba a estar así después de tener un sueño así con él?! : - Mm... Tengo calor.

Interrumpí sus palabras con mi tono de voz titubeante mientras miraba con timidez su rostro que, estaba completamente girado en mi dirección. Parecía que él ahora, al ver mi reacción y cómo me comportaba con él desde hacía días atrás, se crecía. Su ego aumentaba a una velocidad que asustaba y yo era como... Una pequeña niña asustada a la que le da vergüenza que le miren.

Aunque adoraba que él me mirara.

- ¿Vas a dormir aquí? - Preguntó.

- No. Solo... La verdad es que no sé porqué he bajado...

- Porque quieres verme, pasar tiempo conmigo y dormir abrazada a mi. - Al escuchar esas palabras con ese tonito de victoria, me vi obligada a mirarle de reojo mientras mi respiración volvía a descontrolarse. - Sabes que es verdad.

- ¿Podríamos hablar en serio por una vez? - Solté dándome cuenta del cambio tan drástico que acaba de dar la conversación. Ahora si que no me entendía...

- ¿Ahora quieres hablar? - Preguntó sorprendido.

Yo solo asentí pues, estaba tan sorprendida cómo él.

- ¿Y bien? - Continuó hablando al ver que yo era incapaz de pronunciar palabra alguna.

Le hice un gesto con la mano para que empezara a hablar, a explicarme algunas cosas por sí solo. Seguramente, Michael ya sabía lo que tenía que decir.

- Tengo una lista y, creo que coincidimos en algunas puntualizaciones que queremos aclarar pero, si necesitas añadir alguna más...

- Está bien.

- Sabes que después de esta conversación va a haber un antes o después en nuestra relación, ¿verdad?

Nos miramos a los ojos mientras sus palabras flotaban en el aire hasta solo quedar en nuestras mentes mientras aquella vieja melodía llamada Stand by me sonaba de fondo haciendo que esa situación fuera mucho más inofensiva de lo que parecía.

¿Y si a partir de ahora, tras hablar, Michael podría desaparecer para siempre? ¿Y si no entendía sus explicaciones o me parecían escasas? ¿Y si él no entendía las mías? ¿Y si tan solo desaparecía?

Asentí. Fue lo único que pude hacer.

" Miedo por hablar,
miedo por callar.
Tanto miedo por sentir que todo puede terminar. "

Bienvenidos a la temporada final de " Más allá de Chárter ".

" Más allá de Charter... " [#MoonwalKingAwards2017]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora