Las manzanas son sagradas

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Cuando llegamos, mila solo se dirijió a su habitación y se puso una pijama para luego, casi instantaneamente caer dormida. La miré chistosa y empezé  a buscar algo que ponerme para dormir, pero mierda, no había traido nada para dormir, solo la ropa que llevaría el dia siguiente al instituto.

Al encontrarme en esta situación decidí preguntarle a mi amiga, que estaba casi en el quinto sueño, si tenia algo para mi, ya que este vestido empezaba a resultarme incomodo.

--Mila, mila-- le di unas sacudidas mientras "gritaba" en susurros-- Amiga, no tengo pijama-- no obtuve respuesta-- ¡CAMILA!

Se desperto sobresaltada-- No mamá yo no mojé al gato-- reí y me miró confundida por unos instantes-- Eras solo tu, alice-- dijo con voz adormilada y molesta preparada para dormir de nuevo

--No, espera-- me apresure a decir

--¿Que quieres alice?-- dijo como madre exasperada

--Quería saber si tienes un pijama para mí

--¿Es enserio?-- dijo mientras se levantaba de un manera peresoza hasta su armario y rodaba los ojos--Dejame ver... no encuentro nada-- tiraba prendas por todo el suelo

--Mila ¿Con que carajos duermes?-- pregunte sorprendida-- ¿No tienes pijamas?

--Si, pero son muy cortas-- hizo unas muecas extrañaa-- No creo que te queden.--señalo una y yo negué rapidamente.

Era de corazones, parecia mas ropa interior que una pijama, eso nunca en la vida me podria quedar de una manera decente

--Buscaré la mas larga que tenga-- Dijo sacando un patalón de pijama que me llegaria hasta los tobillos pero siguió sacando mas cosas

-- ¿Y esa?-- exclame confundida

--Es para mí-- bufé-- Alice, si a ti no te quedan mis pijamas cortas a mi menos me quedarán

--¿Y yo que usaré?-- estaba fastidiada

--Esto-- sacó una prenda que se veía un poco mas larga que las anteriores-- ve a probartela-- la tomé y me dirijí a su baño

--¡¿Mila estas de broma?!-- dije enfadada cuando llegue a su lado con la pijama ya puesta-- ¡¿O me pondrás en una esquina y asi recaudaras tu fondos universitario?!

Rió mientras me examinaba-- No creo que haga mucho dinero contigo.

--¿Entonces seré protituta barata?-- puse mis manos apoyadas en mis caderas-- Una cosa es ser prostituta y otra es que practicamente me regales.

--No lo creo, pero probablemente solo mi hermano te compre-- rió

--¡Pudrete!

-- No te enojes gatita, es una broma-- me golpeó en el hombro en son de burla

--Odio los gatos y odio esta mierda a la cual le dices "pijama"-- hice comillas con mis dedos-- Esto apenas me logra cubrir

-- No exage... ¡¿odias los gatos?!-- pregunto exhaltada

--Si, pero no estoy hablando de eso

-- Tu empezaste--se cruzó de brazos

-- Pero tu me dijiste gatita-- hice una pausa-- No estabamos hablando de eso

--Tienes razón, no te queda tan corto-- medito sus palabras-- solo un poco

--¡Camila! ¡A duras penas me cubre el abdomen!-- señale la puti-camisa

--Ok, tal vez tenga otra camisa, pero no tengo un short para dormir-- volvió a su desorden llamado armario y luego de unos minutos sacó una camisa de mangas-- Ten

El Secreto De Los ElementosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora