Capítulo 2

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Estuve esperando al final de las clases con unas ganas increíbles. Había estado planeando durante tres horas el plan perfecto. Bueno, tengo que admitir que una hora la había empleado en alegrarme la vista con el chico nuevo/raro, ¿pero qué tenía de malo?

Desde que llegamos a la habitación Johan se puso a criticar mi plan. Me decía que todo lo que iba a hacer saldría mal o que quizá Jasper se resistía a liarse conmigo. Ambos sabíamos que eso era prácticamente imposible.

Pasamos la tarde cómodamente en la habitación, hablando de nuestras cosas. De vez en cuando los amigos de Johan se venían con nosotros a hurtadillas, ya que estaba prohibido el acceso de otros alumnos en habitaciones ajenas. Supongo que así es como habían conseguido evitar los conflictos durante 20 años, siendo unos amargados. Sé perfectamente que por mi forma de pensar toda mi familia sería castigada. El gobierno no tenía sentimientos, lo mismo le daba matar a un anciano de 70 años que a una pobre niña de 2. Si incumplían las normas, serían brutalmente castigados. Algo insoportable para algunas familias.

Mi madre había tenido que castigarme muchas veces por mi forma de pensar. Tenía miedo a que algún día le gritase al mundo lo injusto que era todo esto. Así que me enseñó a controlarme desde muy pequeña.

-¿Aurora?- aparté la mirada de la pared y miré al amigo de Johan. Estuvo intentando ligar conmigo durante un año entero. Pero ni siquiera me sabía su nombre. Un poco penoso ahora que lo pienso.

-¿Qué?

-Te toca- fruncí el ceño.

-¿Qué me toca?

-¿Has estado en las nubes todo este tiempo?- me preguntó Johan- Te tenemos que retar o preguntar algo y tú tienes que ser completamente honesta- asentí esperando a la pregunta.

-¿Te has acostado con alguien de esta habitación?- preguntó Jane, una protetgat guapísima. Miré a todos los presentes uno por uno intentando recordar. Lo hice para que la duda estuviese en el aire, jamás me acostaría con uno de los amigos de Johan.

-No. Siguiente- volví a mirar hacia la pared. Ya no me acordaba ni en qué estaba pensando. Que juego más estúpido.

-¿Ni con Johan?- abrí los ojos como platos y fulminé con la mirada a quien quiera que hiciese la pregunta.

-¿Estáis locos? Es como mi hermano por Dios.

-¿No creéis que ya somos lo suficientemente mayores como para estar jugando a estas mierdas?- soltó Johan de repente. Me encogí ante su tono, ¿qué narices le pasaba ahora? Salió por la puerta hecho una furia y yo eché a todos de la habitación.

Me sentía mal pero no tenía tiempo para ir a buscar a Johan, mucho menos para intentar consolarlo de algo que no tenía ni idea. Corrí hacia la habitación de Jasper, con cuidado de que nadie me viese. Eran las 9 de la noche y Jasper me acababa de mandar un mensaje, avisándome de que estaba en camino, en el mensaje también estaba el código que debía usar para entrar. Lo marqué y cerré la puerta detrás de mí. Sana y salvo. Inmediatamente contuve la respiración, logré que mis sentidos se agudizaran y pude escuchar una respiración acelerada. De una chica. Sería Rita. El plan iba exactamente como yo quería. Me aproximé al armario y lo abrí. La cara de Rita cuando me vio debía ser enmarcada. Me acerqué a ella y posicioné mis dedos en su frente. Noté las cargas eléctricas a través de mis manos provocándome escalofríos por todo el cuerpo. Esto tenía que salir bien. Borré mi rostro de sus recuerdos, e introduje el de una chica desconocida. Quería que olvidase que había sido yo la que le había dicho de venir aquí. La obligué a borrar justo este momento. Y le creé un bloqueo. No quería que me odiase a mí, yo solo intentaba hacerle entender la escoria que tenía por novio, así que convertí todos sus sentimientos de emoción que tenía ahora mismo en odio hacia Jasper. Yo iba a ser la buena de la película. La dejé ahí completamente anulada, obligándola a que esperase y cerré el armario.

OblivionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora