-Vámonos- Shane me miró confuso y asintió rápidamente.
-¿Pasa algo?- negué con la cabeza y sonreí, haciéndole creer que todo estaba bien. Él agarró mi mano y entrelazó mis dedos con los suyos. Era incómodo pero no la aparté por temor a lo que me diría.
-¿Quieres ir a la cafetería o prefieres hablar sobre lo que ha pasado ahí dentro?
-Mejor cafetería- asintió, serio, sabía que le tendría que explicar lo que pasa entre Aiden y yo en algún momento. Shane y yo nos dirigimos hacia la cafetería. Todos estaban ahí, incluyendo a Johan y a Aiden, comiendo con los guardias. Aiden me miró durante unos segundos mientras Shane me agarraba la mano y nos sentábamos con Johan y sus amigos. Separé nuestras manos tan rápido como me fue posible. Saludé a Johan con un beso en la mejilla.
-¿Qué te traes con el nuevo?- susurró. Me encogí de hombros.
-Solo somos amigos.
-¿Qué tal las clases?
-¿Clases? Lo único que hacemos es tener agujetas- Johan encarcó una ceja.
-Sí, nos han dicho algo de que los guardias os están preparando porque el gobierno ha pensado que los protetgats no tenemos la suficiente protección.
-¿Protección de qué?- reí sarcásticamente. Se encogió de hombros. Lo notaba algo nervioso, inquieto, parecía que quería decirme algo. Apretaba su mandíbula con rabia-. ¿Qué pasa?
-Rita tiene que contarte algo importante.
-¿Algo grave?- me miró a los ojos durante un par de segundos. Pasó de responderme-. ¿Estás enfadado conmigo?
-Te fuiste de mi dormitorio sin avisar, estaba preocupado por ti y tú solo... te largaste.
-Me fui porque no quería despertarte, lo siento, debí agradecerte por cuidarme mientras estaba desmayada- le dio un sorbo a su bebida y se levantó de la mesa-. ¿A dónde vas?- no me contestó y se fue. Todos estábamos enfadados con todo el mundo, pero él no tenía por qué pagarlo conmigo. Sé que había hecho mal al largarme de su dormitorio así como así sin avisarle pero no quería seguir siendo una molestia para alguien más, además de que necesitaba estar sola.
-Hoy no es tu día, eh- se burló Shane a mi lado.
-No- me levanté de la silla y salí de la cafetería. Tenía que buscar a Rita para que me contase lo que había dicho Johan. En el pasillo de mi habitación me encontré con el director, hablando con dos hombres que no había visto nunca. Decidí que era mi oportunidad. Me acerqué hacia ellos, aquellos dos hombres me miraron de reojo. Sus miradas me hicieron perder toda la seguridad con la que me iba a dirigir. Pensé en todas las preguntas que le iba a hacer en menos de 2 segundos.
-Ya pueden retirarse- los hombres asintieron y bajaron las escaleras.
-Verá... quería hacerle un par de preguntas.
-Stark, no tengo tiempo para estas cosas, todo el gobierno está muy ocupado. Si quieres hablar conmigo necesitas una cita previa- me miró con asco.
-Solo quería hacerle dos preguntas- rodó los ojos. ¿Este tipo de persona era el que mandaba sobre todos?
-¿Es sobre el bombardeo?- asentí-. Mira, Stark, lo siento mucho por tus padres pero ya no hay nada que podamos hacer.
-¿Saben al menos quién es el culpable y si todas las personas están muertas?
-No voy a responderte a eso- dicho esto se giró y abrió la puerta de su habitación.
-Respóndame solo a esas dos preguntas.
-Tú, Stark, no mereces respuestas- se cerró la puerta en mi cara. No merecía ser tratada con toda la repulsión que me había tratado. Algo realmente malo estaba pasando. Entré en mi habitación enfadada, Rita estaba sentada con su comida en la cama. Ella sí podía comer en la habitación, las ventajas de ser la hija del director.
-¡Tu padre me trata como si diese asco!- le grité a ella. Miró hacia su comida, desviando la mirada de la mía. No, no, no-. ¡¿Tú también?! ¿Qué os pasa a todos hoy?- aquella electricidad volvió a recorrerme el brazo y un rayo de nuevo salió disparado hacia mi cama, destrozándola. Rita me miró asustada, confusa, triste. Unas ganas insoportables de llorar me amagaron, sin poder controlarlo lágrimas empezaron a deslizarse por mis mejillas. ¿Qué me estaba pasando? ¿Por qué todo lo extraño y horrible me estaba ocurriendo en este mismo momento? ¿Qué había hecho para merecerlo?
-Aurora, cálmate- el calor pareció incrementar en la habitación y empecé a sudar como un pollo-. Tengo que contarte algo- toda la energía que tenía antes desapareció de mi cuerpo completamente, ahora mis ojos empezaban a cerrarse solos, con todo el peso del mundo. Me iba a desmayar-. Tienes que huir de aquí...- la puerta se abrió de un golpe y Aiden apareció con el rostro enfadado, en cuanto me vio su rostro pasó a estar tenso. Lo último que oí fue cómo Rita le pedía que se fuese.
-Aurora, Aurora, despiértate- abrí los ojos lentamente, seguíamos en el dormitorio. Aiden estaba a mi lado, analizando cada parte de mi rostro y Rita en su cama, llorando-. Menos mal, 10 minutos más y no nos daría tiempo- Aiden me ayudó a sentarme en la cama.
-Aurora, el gobierno ha dado una orden a los guardias y unos nombres. En los cuales estás tú. Supuestamente os van a llevar a ver la ciudad, ya que sois los que habéis exigido respuestas sobre lo de la bomba. Aiden se ha prestado voluntario a llevarte, con todos los demás.
-¿Qué tiene de malo? ¿Y por qué Aiden?- Rita me mandó a callar.
-Esta mañana cuando iba a ir a hablar con mi padre lo he escuchado susurrando con unos hombres. No planean llevarte a la ciudad, Aurora. Quieren mataros. No sé la razón, solo sé que quieren hacerlo. Supongo que es solo porque no sois sangre pura, no sé cómo han podido enterarse. Tienes que irte- intentaba razonar todo lo que me había contado.
-¿Y qué tiene que ver él con todo esto?- refiriéndome a Aiden.
-Te voy a ayudar a escapar. Dentro de 10 minutos se avisará a los guardias de ir a recoger a las personas de la lista. Cada guardia llevará en un coche a una persona. Me he prestado voluntario para llevarte a ti. Intentaré conducir el último siempre, les daremos esquinazo en cuanto podamos- un sonido proveniente de su móvil llegó a mis oídos-. Es la hora.
-Pero si me ayuda a escapar, le condenarán.
-Si no nos pillan no- intentó sonreírme, pero su rostro seguía tenso-. No voy a volver aquí, no quiero, huiremos juntos- me levanté de la cama, perdiendo un poco el equilibrio-. ¿Puedes andar?- asentí.
-Estoy lista.
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Oblivion
RomansaAurora vive en un mundo diferente, donde la sociedad se divide en el gobierno, los protetgats y los beskemers. Los protetgats son los protegidos, quienes poseen poderes y los beskemers los que protegen. Ella forma parte de este último grupo. Solo qu...