Capítulo 3

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Me desperté el sábado con un buen presentimiento y sonreí. No sé muy bien por qué, porque la última vez que me desperté con un buen presentimiento sucedieron una serie de hechos que me llevaron a pensar que Dios, Alá y Buda me habían oído y se habían hecho unas palomitas,, a la espera de una gran noche. Pero la nueva yo, con su nueva actitud frente a la vida, se levantó y se hizo un café marca Hacendado. Porque la vida se puede ver de otra forma, pero el bolsillo, desgraciadamente, no. La ducha hizo que me sintiera todavía mejor y me vi a mí misma como parte de un musical de Broadway, en el que todo el mundo es feliz, come tortitas con sirope de arce y baila bajo la lluvia. Entonces vi que McPerver me miraba desde su ventana, al otro lado del patio, y tuve que cerrar las cortinas de golpe, acabando de sopetón con mi musical. Mi vecino era una de esa personas con pinta de bonachón y de tener un gran corazón. También de no tener televisor. Eso lo dedujimos después de haberle pillado (por duodécima vez) mirándonos, sentado delante de su ventana y comiéndose una hamburguesa. Era mucho más agradable pensar eso que pensar que simplemente era un enfermo.

LLegué a la tienda de trajes de novias sólo veinte minutos tarde e Inés sólo me gritó durante cinco minutos. Fueron cinco minutos que, de no haber sido por el champán que me ofreció la amable dependienta, hubieran podido hacerse eternos. Me senté al lado de Álvaro, que juraría que ya iba achispado.

-¿Por qué me hueles? - me preguntó, apartándose de mí todo lo que se lo permitía el sofá.

-¿Estas borracho? - le pregunté yo

-¿Tú qué crees? - volvió a preguntarme él.

-Maldita zorra, me llevas ventaja - dije, bebiéndome de un trago mi copa de champán. La dependienta corrió a servirme otra.

No era la primera vez que acudíamos con Inés a una prueba del vestido y sabíamos, porque la experiencia es la madre de la ciencia, que beber ayudaba. Y mucho.

-¿Cómo ha ido la primera semana de desintoxicación? - me preguntó Álvaro como quien pregunta por la hora.

La dependienta lo oyó y me miró como si en ese momento las piezas del puzzle encajaran y lo entendiera todo.

-Bien - sonreí - Estoy tratando de sonreír por todo. A odas horas y a todo el mundo. Es parte de mi nueva yo.

-¿Incluido el sádico de tu jefe? - a Álvaro le encantaba meterse con mi jefe, pero yo estaba segura de que en el fondo le gustaba. Si le restábamos el alcohol, las drogas y las putas, mi jefe era un tío muy atractivo.

-Paso muchas horas con él, así que no puedo estar sonriendo todo el día - dije, aún con mi sonrisa.

-Osea, que no.

Le miré fijamente, echándole un pulso visual. Al final no me quedó más remedio que borrar i falsa sonrisa y capitular.

-No.

-¿¿¿Holaaaa??? ¿Es que nadie va a hacerme caso? - Inés nos miraba enfundada en su vestido blanco - El día que os caséis no pienso haceros caso yo tampoco cuando estéis vestidos de novia.

Si no fuera porque no tenía dinero para pagar ese traje le habría tirado la copa encima.

-Inés, tienes que calmarte - el que sonaba totalmente calmado era él - Ya hemos hablado de esto. Ana y yo hemos venido porque nos prometiste que no se iba a repetir el episodio de la última vez.

Me entró un escalofrío. La última vez que habíamos venido, resultó que la costurera había cometido un error y le había confeccionado el traje más corto por delante que por detrás. Yo siempre creí que en verdad la costurera estaba borracha y que se le había desatado el caos más absoluto. Sólo diré que si pudiera volver atrás elegiría abrir la caja de Pandora. Hubo llantos, insultos, empujones, dedos rotos... Todos fuimos conscientes, más tarde, de lo infantil de nuestra actuación cuando vimos en YouTube un video de Álvaro con un velo puesto y pegándole porrazos a Inés con un bolso de seda para que se calmara. Al parecer había otros clientes en la tienda que sabían manejar muy bien sus Smartphones. Cuando el video registró el millón de visitas en YouTube decidimos hacer terapia de grupo y cambiar nuestro comportamiento.

El Príncipe Verde también existe - ISABEL DAGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora