S i e t e

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—Buenos días Sñ. McGolan— digo cuando se abre la puerta y la madre de Beth aparece al otro lado con una sonrisa que me ilumina el alma
—¡Dylan! Cariño— dice echándose a un lado para que yo pueda pasar —Ya te empezaba ha echar de menos, y llámame Magda, te lo digo siempre que apareces por esta puerta—dice riéndose
—¿Puedo...?—  digo señalando a las escaleras
—Claro, no hace falta ni que lo digas— le sonrió y subo las escaleras de dos en dos. Los recuerdos me abofetean y el dolor se abre paso entre los trozos rotos de mi corazón como el agua cuando hay una gotera en el techo en mitad del invierno. Nada que te proteja del sufrimiento, nada que te proteja del frío.
Cruzo el pasillo y llego a la habitación de Bethany. Esta tal y como la dejo ella aquella noche de abril, tal y como la encuentro cada vez que vengo.
Me siento en la cama y recuerdo la de veces que dormí en ella con Beth entre mis brazos rogándome que no me vaya nunca,y la de guerras de cosquillas que acabaron en peleas de almohadas. Oh Beth lo que daría por tenerte aquí a mi lado, por que volvieras y me dijeras todo lo que nunca nadie me ha dicho.
Sin darme cuenta me encuentro de pie gritándole a las paredes y llorando como la vez que la vi tirada en el suelo.

*Flashback*

Era un tarde normal de Abril, bueno, lo que cabe en la normaldad de mi vida. Mi hermana esta en su cuarto con sus amigas y yo estoy en mi habitación que por mi suerte esta encima de la suya.
Hago las tareas con la musica de fondo, y cuando termino me da por bajar a por algo en la cocina, bajo las escaleras y me meto en la cocina.

—Necesita salir, no tiene vida social y ni siquiera es buena en nada— escucho la voz de mi padre, dejo la taza en la encimera y me concentro en la conversación.
—¿Y que quieres que haga yo?— la voz de mi tía Charlotte le contesta. No sabía que estaba aquí.
—Necesito que te la lleves, no puedo seguir con ella en casa, solo es un estorbo—
—Si puedes con Maddison podrás con ella— dice ella dándole un sorbo a algo —tampoco es que sean muy distintas—
—No las compares, Maddison fue planeada, Dylan es un error—
—¿Que te hace pensar eso? Las dos son tus hijas—
—Dylan no es hija mía, para que iba a querer yo a dos personas exactamente iguales cuando una se llevo a la persona que más quiero— dice —ojala pudiera volver atrás en el tiempo y sacrificarla cuando nació—
—Ahora estas diciendo estupideces sin sentido— dice Charlotte cabreada —es tu hija y pase lo que pase lo seguirá siendo, mi hermana la habría querido más que ha Maddison por que se parece más a ella y tu eso lo odias, porque cada vez que la miras ves a Elisabeth, su sonrisa, su mirada, su forma de hablar, sus ganas de descubrir lo nunca visto, su andar, su voz dulce y las ganas de ayudar a todos— dice —algo que nunca has visto en Maddison a pesar de que son gemelas—
Mi padre se calla y yo subo corriendo a mi cuarto con las lágrimas en el borde de los párpados, pero al pasar por el cuarto de mi hermana escucho voces.
—Que tal están tus amigos—
—Que dices tu si no tiene— dicen y estallan a carcajadas 
—¿Por que me hacéis esto?— dice una voz débil, Beth.
—Porque te lo mereces p***  z****—
—Ohh dios lo que le acaba de decir—
—¿He mentido?— dice mi hermana
—Para nada— 
—Ya entiendo por que tu padre murió anoche, demasiado olor a mierda le ha dado un paro cardiorrespiratorio—
—No te metas con mi padre—
—¿Que me vas ha hacer?— dice la Meredith —Que hija de p*** ha colgado—
Subo corriendo a mi cuarto e intento llamar a Beth pero no contesta. Siempre suena al buzón de voz.
—Beth soy yo, por favor coge el teléfono— digo llorando después de escuchar el bip
—Beth por favor— digo
Después de llamar 34215363910 veces coge el móvil y lo único que escucho son sollozos y el sonido del agua.
—Beth, Beth soy yo— digo pero no contesta
—Dylan, te quiero— dice y sé qué va pasar, salgo corriendo de mi habitación
—Yo también te quiero, no hagas nada—
—Dylan—
—Beth, por favor, ya voy—
—Dyl...—
—Beth— digo saliendo por la puerta a toda ostia camino a la casa de Beth unas puertas más abajo pero ella no contesta.
Llego a su casa y subo las escaleras como un loca y sin darme cuenta ya estoy en su habitación. Veo su cuerpo tirado encima de la cama con el paquete de los somníferos vacío.
—Beth despierta, eres lo único que tengo, no te puedo perder— digo mientras la arrastro hacia el baño donde la intento hacer vomitar —Beth, por favor no te mueras— la meto en la ducha y enciendo el agua pero nada funciona. Es demasiado tarde.
—¡¡¡BETH!!!— digo abrazada a su cuerpo sin vida mientras el agua arrastra mis lágrimas y su alma. Beth se ha ido, Beth no se puede ir. —Beth te lo ruego, no te vayas, vuelve— digo —Beth y Dylan unidas jamas serán vencidas, que hay de eso— esta vez su cuerpo estaba entre mis brazos pero ya no sentía su corazón latir acorde con el mio. Estaba completamente sola frente al mundo.

A la mañana siguiente, llego al instituto y lo primero que veo es a mi hermana, camino hacia ella y al parecer se da cuenta y se echa a reír

—Hija de la gran p***—  digo cogiéndola del pelo y le doy un rodillazo en la cara pillándole desprevenida —¿Por que hiciste eso?— digo metiéndole de ostias hasta no poder más, la gente hace un circulo a nuestro alrededor y sus amigas se lían a gritos y sollozos.

Al poco tiempo aparece el director y todos sabemos que vino después.

*Fin Flashback*

—Dylan, Dylan— dice alguien abrazandome contra su espalda de tal manera que juraría que mis costillas se han entrelazado y tenido hijos—Dylan, estoy aquí, todo esta bien, estoy aquí— me doy cuenta de que estoy gritando como una loca sin remedio y moviéndome como una histérica mientras que la persona me intenta calmar. ¿Alguna vez te ha pasado que estas haciendo algo involuntariamente, tipo tu cerebro sabe que debes parar pero tu cuerpo no responde y tu estas ahí, encogida en uno de los muchos trozos fríos y afilados de lo que antes fue tu corazón intentando esperar a que la tormenta pase para poder salir?
Esa es mi situación actual, veo el exterior, pero el exterior no me puede ver. Momentos como este son cuando la verdadera Dylan hace su aparición y parece una niña deprimida y insegura metida en un disfraz de chica dura y rebelde para un Halloween, sin chuches y sin diversión, que dura los 365 días del año.

—Dylan— dice la voz otra vez pero con voz ronca que despierta mi True Alpha y consigue sacarme de la tortura. Me doy la vuelta y veo a Magda.
—Muchas gracias Magda— digo poniendo la cabeza en su regazo mientras ella me acaricia el pelo con el cariño de una madre que nunca tuve la suerte de conocer pero que el destino me ha recompensado con el tiempo.

—Sabes que te quiero igual que quería a Bethany— dice reprimiendo una sonrisa —haces que la sienta cerca todos los días, haces que me sienta como una madre, otra vez—
—No se que decir— digo poniendo mi mano sobre la suya
—¿Que tal si no dices nada y vamos ha comer una galletas que he hecho para ti? Están calentitas— La vida se llevo a mi madre, pero Dios me ha dado una que me quiere igual.

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Antes de que me persigais con antorchas y tridentes (estos para la paja)  dejadme deciros que lo siento y espero que este capitulo os lo recompense.
He tenido una mezcla de razones para no publicar pero las he superado y espero que lo disfruteis

Con amor
Bri xxx

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