Enemies

D i e z

La gente entra y sale de las puertas eléctricas que separan el interior del supermercado del exterior, algunos con carritos petado de cosas otros con una simple bolsita y luego están los que solamente vienen a pasar el rato. Sería difícil diferenciar cuales de ellos son sobrenaturales y cuáles son simplemente humanos que viven su vida ajenos a todo. Me pregunto cómo sería vivir de esa forma, nunca me he relacionado con gente que no fuera licantropa apenas se como vive un humano, como son sus reuniones "familiares", como son sus fiestas, como son sus relaciones, como son sus costumbres... Conozco a Brend pero cuando lo conocí él ya no se comportaba como un humano. No sé, siempre me quedará esa curiosidad.

—¿Tienes planeado lo que quieres comprar?— dice apoyado en el carrito que había cogido mientras lo empuja enterando en los pasillo limitados por las estanterías que como es de esperar estan llenas de productos listos para comprar.

Yo saco el móvil y doy un toque en él con el dedo.
—Lo tengo todo aquí— lo desbloqueo y entro en la app de notas y abro la lista

—Madre mia— dice riéndose —la proxima vez te preguntaré tu nombre y probablemente me dirás que lo tienes ahi— dice mientras nos movemos por el supermercado.

—Galletas, chocolate, arroz, huevos, leche, refrescos, bollería, carne...— digo y cuando termino levanto la mirada del móvil y la fijo en él indicando que iba a ignorar ese ultimo comentario.

—¿Tienes dinero para todo eso después de pagar el tatuaje? Si quieres te ayudo—

—Lo voy a pagar con la tarjeta de la cuenta de mi padre— digo guardando el móvil en el bolsillo trasero del pantalón—pensara que ha sido Maddison con alguno de sus caprichos además no somos de esas parejitas cliché en las que el tío lo paga todo—

—Inteligente— dice giñándome un de sus ojos color miel.

—Ese es mi segundo nombre—

—¿Segura? La ultima vez que vi tu carnet ponía Olivia— dice con un mirada graciosa

—No quieres entender que no me gusta— le miro molesta. Al parecer no le quiere entrar en esa cabecita tan bonita el hecho de que no me gusta el segundo nombre que el hombre que ejerce como mi padre me puso.

—Es precioso— dice siguiendome por los pasillos del supermercado.

—Es horrible—

—Mejor que Anastasia, ¿Me imagino en que estaba pensando cuando decidió ponerle ese nombre? — dice riéndose
—En eso tienes razón— digo riéndome​ —Ahora vuelvo tengo que ir a por unas galletas al pasillo de alado ve cogiendo tú el resto— me doy la vuelta y le dejo buscando las cosas necesarias de ese pasillo.

Entro al siguiente pasillo y me encuentro a una encantadora señora mayor intentado coger una galletas de avena que se encontraban en un estante demasiado alto para ella.

—Le puedo ayudar— le digo y ella se gira para mirarme y me sonríe

—Me harías un enorme favor si me pasaras es paquete de galletas jovencita, por favor—

—Claro— digo pasándole el paquete a lo que ella me contesta con gracias, yo le deseo un buen día y sigo con la busca de mis galletas. Puedo ser muy agradable, si quiero.

Cojo todo lo que necesito y vuelvo con las manos agarrando demasiados paquetes al pasillo en el que estaba Brendan  y cuando entro no me encuentro a otra señora mayor adorable, si no a dos chicas de mi instituto mirando a Brendan con unos ojitos que parecia que se lo querían comer ahí mismo. A Brendan digo.

Dejo las galletas en el carrito y Brend que estaba demasiado ocupado mirando el estante que no se había dado cuenta de las chicas detrás de él se gira para mirarme y empieza a decir