01: El hospital.

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Caminaba por el pasillo del hospital, nunca me agrado estar allí, de hecho. Pero aunque detestaba mucho los hospitales, su olor a medicina, los fríos pasillos, y las caras tristes de todas las personas que se encontraban allí, me obligue a mí misma a permanecer en el lugar porque sabía que debía estar allí para brindarle apoyo a mi madre y a la familia de Beatrice, ya que había sido amiga de la familia durante años, y debíamos hacer acto de presencia y mostrar empatía por la situación, ya que esta se encontraba en un delicado estado de salud. La cara de los familiares de Beatrice siempre transmitió dolor, seguramente era duro llevar con alguien con cáncer, pensaba. Pero no creo que más que tenerlo. Así que en el circulo imaginario de dolor en el que se encontraban, el radio visible siempre fue Beatrice, quien se encontraba en la habitación, llevando ella sola la batalla.

Nadie debería pasar por eso, pensaba. 

Para mi no era divertido andar por los pasillos, y sabía que tampoco debería serlo, y menos cuando me encontraba en un hospital. Para mi, ese lugar siempre fue, es y será el lugar más triste y vacío del mundo después de un cementerio. La única diferencia que hay entre esos dos lugares, es que en uno, mantienes sueños y esperanzas, al contrario que el otro, allí solo nos toca sentarnos a ver pasar el tétrico desfile de los que alguna vez fueron nuestros sueños y metas. Y que irónica es la vida, que la línea que los separa es tan fina.

Cuando llegue a la sala de espera me encontré con muchos de los asientos vacíos, camine hacia uno de ellos y me senté. Observaba a cada una de las personas que se encontraban en la sala, todas reflejaban lo mismo, cansancio. Hasta que mi mirada dio con él, y me di cuenta que su rostro no reflejaba nada, se veía tan ajeno a su entorno mientras leía ''Si decido quedarme'' muy a la ocasión, por cierto.

Creo que el peso de mi mirada fue tan grande, que él despegó su vista del libro y comenzó a buscar de donde provenía aquel peso, y fuera dado con él si no hubiera sido por aquella enfermera que tocó su hombro haciendo que el chico de piel morena se girara un poco sobresaltado.

Esta le dijo algo que no pude escuchar debido a la distancia, a lo que él asintió, vi como acomodo su gorro, tomó el libro y sin más se levantó. La enfermera le hizo una seña con la cabeza para que la siguiera, y así lo hizo, caminaron hasta una gran puerta blanca, finalmente entraron haciendo que los perdiera de vista.

Timeless Souls. | Calum H.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora