04: El libro azul.

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Habían pasado dos meses desde la muerte de Beatrice y yo me encontraba aun hundida en un mar de preguntas respecto a muchas cosas, desde su muerte, hasta el cáncer. Mientras para otros ese tema ya era parte del pasado, incluyendo a mi madre. Para mi parecía aun muy reciente, y debería haber sido al revés, pensaba.

Pero no fue así, y no se porque razón me encontraba tan enfrascada por saber sobre el cáncer, la vida y la muerte. Tanto, que los dos últimos meses estuve leyendo un libro tras otro respecto a los temas anteriores.

Hoy, como cosa rara iba camino hacia la librería a buscar más contenido para mi mar de preguntas, sentía que ningún libro aún tenía las respuestas a mis preguntas, y hasta que no diera con el que lo hiciera no iba a estar tranquila.

Al entrar siento una ola de frío impactar contra mi cuerpo debido al aire acondicionado del lugar, frotó un poco mis manos para así ganar un poco de calor y me dirijo hacia los pasillo con la mirada de un lado a otro en busca de otro libro.

Había frecuentado tanto el lugar últimamente que ya sabía en que pasillo podría y en que no encontrar algo nuevo. Caminaba lento y sin prisa, tomando mi tiempo para poder leer las portadas de los libro que se encontraban en las repisas.

Resople al no encontrar en el primer pasillo.

–Bien, veamos en el siguiente–susurre para mi sola, sin más me dirigí hacia el otro pasillo, en el cual se encontraban dos personas, y sin detallar mucho seguí en lo mio.

–A ver, a ver...–susurraba pasando mis dedos por el acabado de los libros.

Sonrió cuando veo a varios libros de mi un libro de color azul, sabia que era nuevo, y sin pensarlo acerco rápidamente mis dedos hacia este. Pero sucedió algo extraño, que al yo tomar el libro, alguien lo hace también. Sin soltar mi agarre miro a él susodicho el cual ya estaba mirándome. Veo como frunce el ceño, al contrario de mi.

–Hey–musito torpemente con una sonrisa en el rostro. Era el chico que conocí en el hospital.

Pero mi sonrisa se borra al darme cuenta de lo inoportuna que fuí, esta vez el ríe, y mis manos se vuelven un mismísimo cubo de hielo. No entendía lo que pasaba hasta que el dice:

–Pense que no te recordarías de mi–amplia su sonrisa, su mirada se dirige a mis manos que aún sostienen el libro–¿porqué estas tan fría?–pregunta.

–Tu te acordaste de mi–musite mirándolo cómo boba, aun no podía superar el hecho de que el se hubiera acercado a mi–ehm, es el a-aire que e-está muy frio, supongo–solte en tartamudeos.

El solo rió, y yo solte el libro al igual que el.

–Pues, me llamo Calum por cierto–pasa la mano por su cabello corto, rebobinando, era la primera vez que lo veía sin su famoso gorro. Este al darse cuenta que yo miraba su cabello frunce el ceño y cuestiona pasando de nuevo la mano por este–¿que pasa, tengo algo en el cabello?–.

Negué rápidamente–Madison, me llamó Madison–sentia mis mejillas arder, que vergüenza el que me cachara observándolo de esa manera.

El moreno solo asintió y tomo el libro azul en sus manos–almas eternas–lee en la portada, sonríe a medias y vuelve su mirada hacia mí–buena elección–me dice antes de tenderme el libró.

Timeless Souls. | Calum H.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora