Capítulo 3 Recuerdos perdidos

4 2 0
                                    

-Nadie lo pensó en su momento pero...puede que exista una arriesgada salida bajo las alcantarillas.

-¿Esa es una posibilidad?

-No estoy seguro, Aston, Willow y yo lo descubrimos por las malas.

-¿Qué ocurrió?

-Cuando aún éramos pequeños y este pueblo era más o menos normal, jugábamos por las humildes calles que nos rodeaban. Un día, al jugar al pilla-pilla, nos alejamos demasiado del pueblo llegando casi a las afueras, más o menos por la zona de los edificios abandonados actualmente. Seguimos jugando sin darnos cuenta de donde nos situábamos hasta que, ya sea por mala suerte o realidad, Willow cayó por el hueco de una alcantarilla destrozada. En los barrios donde nos situábamos, digamos que no era un buen lugar donde vivir, se asemejaban más a los barrios marginales, y con lo cual, nadie podía ayudarnos...o más bien no querían. Por suerte traíamos nosotros una pequeña linterna en el llavero y pudimos ver a cuanta profundidad había caído, bajamos por los oxidados barrotes que no habían sido tocados durante décadas y ayudamos a nuestro amigo a levantarse. Lo malo fue que el pobre quedó inconsciente tras la caía, eran tres metros al fin y al cabo y se hizo varias heridas en el cuerpo incluyendo un corte a un lado de la cabeza. Intentamos reanimarle varias veces pero no funcionó, teníamos que sacarlo de allí, y de pronto escuchamos un perturbador sonido proveniente de las profundidades de las alcantarillas. Los túneles donde nos encontrábamos eran enormes y con mucha profundidad, no teníamos ni idea de hasta donde llegaba pero, sea lo que sea que habitase allí dentro, no sería nada bueno.

-Yo creo que atrajiste a esa cosa con tus grititos de nena haciendo eco por los túneles.

-¿Y tú como reanimas a la gente, listillo? ¿Les susurras cariñosamente al oído para que despierten de sus dulces sueños con tu bella voz?

-No, idiota. Les pego una patada en los huevos para que muevan el culo. Mi nivel de paciencia es limitada.

-Y tan limitada...-murmura Lyuk para sí mismo.

-Bueno ¿Y qué ocurrió entonces? -preguntaba con ansias de saber más.

-Aston iluminó las profundidades del túnel a ambos lados, viendo nada más que la oscuridad, cuando dio unos pasos para investigar lo que había allí dentro, fue entonces cuando escuchamos otro ruido más fuerte aún y fue allí cuando se nos puso la piel de gallina. Esta vez, algo estaba haciendo chirriar y las paredes de los túneles de metal, se asemejaba al sonido que haces al chocar un hacha contra los raíles de un tren. Sentíamos las vibraciones en nuestra piel y nos acobardamos, y quiero decir "nos" por todos... ¿Verdad, Aston? –dijo entornando sus ojos hacia él.

-Sí, lo que tú digas. -se cruzó de brazos poniendo sus ojos en blanco.

-Venga ya, no te hagas el valiente. Tú también querías volver a casa.

-Cállate y sigue.

-Entre los dos conseguimos llevarnos el cuerpo de Willow por ambos extremos, pero al subir por aquellos barrotes oxidados, ese chirrido actuó de nuevo desequilibrándonos por las vibraciones y nos obligó a apoyarnos en un barrote. Yo estaba a punto de sacar a Willow por los brazos pero esa cosa se acercaba y el barrote cedió. Aston se cayó de nuevo al suelo y me gritó desde abajo que me llevase al cuerpo antes de que se desangrase y regresar al pueblo. Tendí a Willow en el suelo y volví a asomarme al hueco de la alcantarilla para intentar ayudarle, ambos alargamos nuestros brazos pero ninguno de los dos llegábamos a tocarnos siquiera, Aston iluminó de nuevo hacia las profundidades y...bueno, ya que lo has vivido tú ¿Qué tal si lo cuentas tú mismo, Aston?

Él le mira cansado como si no tuviera ganas de hacer nada acomodándose en el sofá, pero tras un momento de silencio, suspiró y se dispuso a hablar.

PODER ABSOLUTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora