Capítulo 5 Pesadillas

3 2 0
                                    

-María, ¿Tú que piensas ser cuando seamos mayores y vivamos en la ciudad?

-Bueno, siempre me gustaron los niños, así que pensé en convertirme en profesora.

-Eso es fantástico, ¿Y tú Lyuk?

-Eh...nunca pensé en eso, la verdad. Supongo que encontrar una vida sencilla, con alguien que me quiera y simplemente vivir sin preocupaciones.

María y yo nos miramos durante un momento y comenzamos a reír.

-¿Qué pasa? –preguntó Lyuk con el ceño fruncido.

-Eso es muy aburrido, Lyuk, parece un cuento de hadas. -le dije secándome las lágrimas con la manga de mi chaqueta.

-Venga ya, ¿Y tú qué piensas hacer allí si lo mío te parece tan absurdo?

-Yo...yo me encargaré de protegeros a todos. Os cuidaré con lo que haga falta para que vivamos felices y unidos.

-¿Y dices que lo mío es de un cuento de hadas? Lo tuyo es irracional.

-¡¿Irracional?! –exclamé ofendida.

-Venga, chicos, calmaos los dos... –nos pedía María.

Ambos nos dimos las espaldas para no vernos las caras y nos cruzamos de brazos mientras caminábamos por el sendero, uno a cada lado de María, quien nos miraba indiferente.

-Ya sabes... Los que se pelean...se desean... -murmuró en voz baja.

Nosotros nos miramos pasmados, sin parpadear el uno del otro, y en un instante, en total desacuerdo, discutíamos nuestras quejas hacia el comentario de María mientras ella reía a carcajadas felizmente porque por fin nos hablásemos de nuevo. Juntos, caminando hacia una nueva vida, más allá de nuestros pensamientos.

Aquel atardecer me deslumbraba, miraba al Sol y sus rayos se hacían cada vez más brillantes, tanto que tuve que cerrar los ojos con fuerza, pero aun así, no podía dejar de ver, me estaba cegando los ojos, hasta que solo vi una blanca luz. La pradera se desvanecía ante mis ojos, todo mi alrededor se convertía en luz, una voz se oía al fondo y me di cuenta de que dejé de respirar. ¿Qué es esto? ¿La muerte?

La voz sonaba cada vez más con mayor intensidad, me penetraba en los oídos y lograba desconectarme de este letargo...

Abrí los ojos y aspiré una gran bocanada de aire, ¿qué demonios había pasado? Miro a mi alrededor y solo veo grandes manchas borrosas de color blanco y negro, cuando enfoqué mi mirada, al frente pude ver a Lyuk, sosteniendo la linterna que tanto deslumbraba mis ojos.

-¡Yulia! ¡Yulia! –gritaba frenéticamente. –Dios mío, por fin despiertas... -suspiró bajando la cabeza en un suspiro de alivio.

Alcé mi mano y me toqué la frente, esta estaba cubierta de un sudor frío, miré algo aturdida hacia mi alrededor y reconocí el lugar, estábamos en el túnel.

-¿Q-Qué ha pasado...?

-Te caíste al suelo, comenzaste a hiperventilar, temblabas y gritabas, me morí de miedo e intenté reanimarte, madre mía, estabas alucinando.

¿Eh...? ¿U-Una alucinación?

-Sí, por Dios, levántate, serás estúpida... Te dije que te cubrieras con la mascarilla.

-¿Y a ti...no te afectó?

-Yulia, la llevo puesta... Parece que aún estás un poco drogada... ¿Necesitas algo?

-No...solo necesito salir de aquí...

Lyuk suspiró exasperado y miró hacia otro lado.

-¿Sabes cuánto tiempo llevo intentando reanimarte?

PODER ABSOLUTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora