Capítulo 9 Una razón para vivir

4 1 0
                                    

A veces, las personas ocultan cosas a sus seres queridos, pueden llegar a mentir, traicionar o matar si es necesario, pero hacen lo que sea por proteger a sus seres queridos de todo mal, incluso pueden arriesgan su propia vida para ello, pero siempre, siempre, lo que sea que hagan, lo hacen por el bien de los suyos. Entonces, si es ese el caso, ¿qué hiciste, Willow, para llegar hasta aquí?

-¿Willow? ¿Ese chico al que Daniel y Aston consideran como un tercer hermano? ¿El que desapareció en un incendio?

-Y el que se cayó por la alcantarilla por donde entraste para buscar esto. Parece que sabes cosas de mí.

-¿Y si tus palabras no son nada más que mentiras? ¿P-Por qué demonios iba a creerte?

-¿Por qué el cielo es azul? ¿Por qué el fuego arde? Preguntas y más preguntas pasan por las mentes de todos constantemente. ¿Por qué sabría quiénes son Daniel y Aston sino?

De pronto, la fotografía que me entregó Daniel antes de partir se me cruzó por la mente, debe de estar en mis bolsillos de mis pantalones. Hurgo en los bolsillos laterales pero no encuentro nada, compruebo mis bolsillos traseros con rapidez y allí está, la foto.

-¿Qué haces?

-Daniel me dio una foto para que te reconociera y me describió la cicatriz en la cabeza de Willow.

Mientras miro con detenimiento la imagen, veo que Zorro levanta sus manos hacia la cabeza, y cuando aparto la mirada, me percato de que ha apartado parte de su cabello de la parte lateral. Al verlo, me percato de una cicatriz detrás de su oreja, una línea fina y de la longitud del dedo meñique. El pelo de su cabeza lo camuflaba tanto que parecía invisible.

-Esa cicatriz... -digo en voz baja bajando la mirada a la foto.

-¿Me crees ahora?

-¿Sabe el líder quién eres? ¿Sabe lo que hiciste?

-Si te refieres a la ayuda que les ofrecí a Daniel y a su familia antes del incendio, la respuesta es no.

-A ver, ¿cómo es posible, que un chico normal, haya llegado al puesto en el que te encuentras?

-Ese chico pasó por un pasado difícil, se enfrentó a sus demonios y acabó en el mismo infierno. No quiero que ellos pisen el infierno como lo hice yo, no quiero que mueran entre las llamas del diablo. Así que decidí desaparecer.

Ambos permanecimos por un momento en completo silencio, yo asimilando toda la repentina información y él esperando por mis palabras, pensativo, hasta que despegó sus labios.

-¿Daniel y Aston siguen bien...? ¿Siguen a salvo?

Aquella pregunta hizo que las comisuras de mis labios se alzasen formando una breve sonrisa, que pronto se dejaría caer al pensar en lo preocupados que se debían de sentir en la casa al saber que aún no habíamos regresado ni Lyuk ni yo. Lyuk...

-Ellos están bien, como de costumbre, pero seguramente estarán preocupados... ¿Qué hiciste con el cuerpo de Lyuk?

-Tumbarlo en una camilla.

-¿Por qué? Mételo dentro en un ataúd y prepara un funeral, eso es lo que se hace con los cadáveres. –dije en voz baja con la cabeza entre mis rodillas de forma deprimida.

-Lyuk no está muerto aún, pero si eso lo que quieres...

Alcé la mirada bruscamente, perpleja ante la respuesta de Willow, me puse en pie para zarandearle.

-¿¡Qué?! ¿¡Cómo que no está muerto?!

Mis intentos de gritar me provocaban un dolor insoportable haciendo que pusiera una mano en mi garganta para tragar saliva.

- No te esfuerces en gritar, te harás daño. –dijo obligándome de nuevo a tomar asiento. -Lyuk no está exactamente muerto, él está en coma.

-¿Dónde está?

-En un cuarto secreto, allí está con todo lo necesario para mantenerlo con vida.

Suspiré mientras escuchaba aquellas duras palabras de Willow, palabras que me llenaban de tristeza y de ira, palabras que descolocaban mi mente haciéndolas un caos y después sentirlas convertidas en...vacío.

-Verás, cuando os vi abrazaros...oí el cariño que sentíais hacia la familia, sus palabras, noté el amor que sentíais el uno al otro, amor que nunca logré ver con mis propios ojos. Mi deber era el de asesinar a sangre fría a cualquiera que se atreviera a tocar al catador...pero si os asesinaba a vosotros...sabría que una parte de mí habría muerto también, por eso decidí dejarlo en un estado de...coma. Lo siento.

-¿P-Por qué en coma? –dije con la voz quebrada.

-Si lo hubiera dejado con vida, por mucho esfuerzo que hubiera empleado en dejarlo vivir, el líder le hubiera pegado un tiro en la cabeza sin dudarlo. Estaría muerto, no tendría ni una sola oportunidad de volver a vivir. ¿Preferías eso? –preguntó ladeando la cabeza.

No pude evitar agarrarle de su abrigo con las manos, llorando con la cabeza gacha, mostrando mi furia con la fuerza en mis uñas y la tristeza con mis lágrimas.

-¿Por qué...? ¿¡Por qué haces todo esto por ese monstruo?! ¿Qué sigues haciendo aquí? ¿Por qué demonios no vas a visitar a Daniel y Aston de una vez en vez de provocarlos dolor y sufrimiento? –dije entre lloros y lamentos.

-¡Porque no puedo! Después de lo que he hecho... ¿Crees de verdad que me aceptarían de nuevo como si nada hubiera ocurrido? No tienes ni idea de lo que han hecho mis manos, Yulia. Ellos no saben que trabajo al lado de su enemigo, no saben lo que soy ahora. ¿Crees que podré mirarlos a la cara sin sentir culpabilidad? Entonces te equivocas.

-¡No! ¡Tu destino es estar con ellos sin importar qué, no con el líder, por el amor de dios! ¿¡Por qué trabajas con ese imbécil?!

-Porque ese hombre al que llamas "imbécil"...es mi padre. –respondió en voz baja tragando saliva.


PODER ABSOLUTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora