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No pude dormir.

No era bastante cómodo estar acostada en el piso debido a que tu cama había sido partida por la mitad la noche anterior. Así que, resignada ante lo que había sucedido la noche anterior, me levanté como pude del piso y me fui directamente a la ducha. El agua estaba tan fría que en su momento llegué a pensar que me iba a convertir en un cubo de hielo andante, pero para mi suerte, mamá encendió el calefactor.

Así que ahí estaba yo, con un dolor de espalda terrible, un sueño indominable y unas ganas de comer algo que me era imposible de esconder.

Cuando por fin terminé de bañarme, corrí a mi habitación para vestirme rápidamente. Hacía muchísimo más frío del que podía soportar, y lo extraño era que hacía un sol increíble; finalmente me decidí por unos pantalones negros, un chaleco gris que para mi suerte, era unas tallas más grandes que mi cuerpo y unas zapatillas negras. Cuando por fin estuve lista, tomé mi bolso entre mis hombros, mi teléfono y bajé con rapidez para poder alcanzar a desayunar algo. Mamá estaba abajo, llena de papeles por encima de la mesa, sin embargo, me tenía absolutamente todo preparado.

-¿Hay un nuevo caso?- pregunté sentandome en la silla, asomando con cuidado mi cabeza para ver que hacía. Mamá asintió resignada.

-La familia...- respondió y se detuvo a revisar los papeles nuevamente-. O'Neal, si no me equivoco, el hijo menor...

-Shawn.

-Ese mismo. Él... ¿De donde lo conoces?- cuestionó dudosa, despegando por un segundo su vista de los papeles y volviendola directamente hacia mi.

-Estudia conmigo- respondí tomando un trozo de fruta que había en mi plato-. Va en mi clase de biología. La del señor Martin. - volví a mencionar luego de notar que mamá no me había creído las primeras palabras. Mamá asintió y tomó un sorbo de café-. De cualquier modo, ¿que pasó con él?

-Está en el hospital.

Asentí y bebí un poco del té que había, dejando un poco de lado el hecho de que mi compañero de asiento ahora mismo estaba en el hospital, probablemente sintiendo un dolor increíblemente sofocante.

-¿Intento de suicidio?- cuestioné levantándome de la mesa y cogiendo los platos. Los dejé con cuidado en la mesa del lavabo y me volví hacia mamá, cogí mis cosas y la miré.

-Intento de homicidio.

Acomodé mi bolso en mi hombro derecho y la volví a observar: -¿Estás segura de eso?

-Oh sí, completamente. Encontramos un cuchillo de cocina al lado de su cuerpo, junto con unos guantes negros lanzados en la zona de la sala de estar. -sacudió la cabeza, mordiendo un poco su labio inferior para luego observarme-. ¿Por qué te estoy contando esto? Vete a la escuela, Anna.

-Me lo cuentas porque me amas- respondí tomando una tostada, me la llevé a la boca-. Y porque sabes que puedo ayudarte en los casos.

-Ya vete a la escuela- gruñó para luego darme una sonrisa.

-Nos vemos mas tarde, mamá.

Tomé la copia de llaves que tenía de la casa y salí hecha un disparo para poder alcanzar a mi amiga, vivía a unas cuadras más que yo, y aunque no era demasiado lejos, por lo general me retrasaba en el momento en que comenzaba a elegir canciones y me detenía en la zona en donde se supone que debería pasar, así que comencé a correr. Para mi suerte, estaba parada frente a su patio.

-Vaya, vienes con el desayuno en mano- bromeó ella, le sonreí con la tostada en la boca-. ¿Como has estado?

-Bastante bien a decir verdad- confesé sacando la tostada de mi boca y lanzandola al piso. Danielle me dio una mirada de decepción-. Estaba llena, ¿sí?

Bitten.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora