—Entonces esto quiere decir que, ¿el chico más popular de mi escuela es una criatura sobre natural que es caníbal y devora personas y sin embargo nunca está satisfecho?— volví a preguntarle con incredulidad a mamá, dejó de lado el tenedor con un trozo de carne incrustado en él y asintió.
—Supongo, eso es un wendigo, cariño.
—Oh, viejo— exclamé apoyandome en el respaldo de la mesa. Volteé a ver al cuerpo inmóvil que estaba atado a una silla—. Mamá, ¿que piensas hacer con él?
—Matarlo, tal vez. —respondió obvia ladeando la cabeza, el chico que aún no me decía su verdadero nombre se atragantó con el pedazo de carne—. Sé que tal vez suena bastante sádico, pero es un wendigo, chicos. ¿Saben lo peligrosos que son esas cosas? Comen, comen y comen personas sin parar. No se detienen, no se aburren, nacieron para eso, son unas máquinas asesinas. Es como su profesión, ¿comprenden? Son asesinos profesionales, y--.
—Mamá, ya entendimos— comenté divertida echándome un trozo de carne a la boca, tomé el vaso de jugo y bebí un poco para evitar atragantarme.
—Pero es un adolescente, Maggie.
—Sí, pero intentó matar a mi hija, y a ti. Mientras éste wendigo esté vivo nadie en ClayMouth está a salvo.
—Tampoco está bastante seguro con nosotros aquí.
—No somos una amenaza para las personas, te recuerdo que somos mitad humano y tenemos conciencia de nuestros actos, ricitos de oro.— dijo mamá dándole una sonrisa al chico. Él sonrió.
—Buen punto.
—Me voy a mi habitación— informé recogiendo los platos mientras que, con sumo cuidado de no romper algo, los dejaba el el lavabo—. Si Jace despierta, procura ir a buscarme. Quiero estar ahí cuando mates a este desgraciado.
Arreglé mi pelo hacia un lado mientras que comenzaba a subir las escaleras. Estaba enojada con "Max", y lo seguiría estando hasta saber su verdadero nombre, ¿que clase de persona miente sobre su nombre? Oh, claro, mi loco vecino que para mi mala suerte era un beta y a mi mamá le agradaba, y cuando a mamá le agradaba alguien, era difícil deshacerse de él. Abrí la puerta de un golpe brusco, dándole luego impulso hacia atrás para cerrarla; un leve alarido resonó por todos mis oídos, abrí la puerta encontrandome a ricitos de oro con una mano en su nariz.
—¿Se te perdió algo?— cuestioné cruzandome de brazos mientras lo observaba con detención.
—Tu mamá me dijo que podría dormir aquí.
—¿Mamá te ofreció dormir aquí?— pregunté incrédula.
—Dice que quiere que te protega.
—Te recuerdo que mientras yo peleaba con un wendigo, tú estabas escondido bajo una mesa sin saber que hacer.
—¡Estaba asustado! No se pelear, no soy muy bueno en esas cosas de batallas y eso, por lo mismo las evito. —se quejó pasando una mano por su pelo, rodé los ojos y me senté frustrada, observando con delicadeza como la luz de la luna comenzaba a entrar por mi ventana—. Tyler.
—¿Qué?
—Mi nombre, Anna. Mi nombre es Tyler.
—No me interesa.
—Creí que seguías enojada por el tema de Max.— respondió confuso, haciendo unas comillas con sus dedos en el Max.
—Lo estoy— respondí de vuelta, volviendo a cruzarme de brazos. Gruñí.
—Vamos, Anna. Ni tu mamá lo tomó tan mal.
—Mamá es mamá.
—¿De verdad? No lo sabía.

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Bitten.
Manusia SerigalaNo puedes evitar la realidad. Y Anna tenía eso más que claro, desde que descubrió la verdad sobre su tan amada madre, su vida no dejó de darle sorpresas. Desde la muerte de su pequeño hermano, Will. Hasta la tan sorpresiva mordida de una bestia haci...