Erh, Sin Comentarios

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Estabamos en una gran mesa circular discutiendo debtemas muy importantes con respecto al campamento, con importante nos referimos a que nos den el derecho de... ¿Qué era? Ya no lo recuerdo, solamente estoy aquí porque Percy me arrastró de la nada.

—¡Es una injusticia!— inquirió Percy a mi lado haciendo que me sobresaltara.

—¡Percy estamos discutiendo algo importante!— respondió Jason demostrando seriedad.

—¡Los campos de fresas sin restricción a comerlas es igual de importante que hacer un templo! — reclamó con el tono de un cachorro triste.

Todos hicieron una mueca intentando que Percy no los convenciera; hasta a mi me costó contradecir aquella estúpides típica suya, pero así era él.

Para mi mayor desgracia, lo quería así.

Al momento de haberlo convencido finalmente terminó aquella reunión y quedo en la optativa de que habría una reunión con Quirón y el señor D, en mis términos cavaríamos nuestra tumba y saldríamos como esqueletos de vuelta para permitirnos hacer lo que queríamos.

Sí, así de simple.

—No puedo creer que no me apoyaras— se quejó una vez ya no estábamos con el grupo.

—Claro que lo haces, era algo absurdo— repliqué yo en mi defensa.

—Pero al menos me habrías apoyado, yo no digo nada con respecto a tus patatas fritas.

Me detuve en seco frente a la armería del campo de entrenamiento.

—Oh, no has dicho lo que creo Jackson— le reté de una manera sombría y mis puños apretados, nadie se entrometía con las patatas del McDonal's.

—Oh, si lo he dicho— respondió Percy.

En ese minuto llegó mucha gente reclamando una pelea, además de que estar cerca del área de entrenamiento. La presión social más el enojo que tenía nos llevó a estar ambos parados preparados para luchar.

Estaba empuñando con fuerza mi espada y en ese minuto arremetí inesperadamente contra él. Percy ya estaba preparado para eso y pudo bloquear el ataque, apreté mi mandíbula e intenté nuevamente con otro golpe y volvió a responder de la misma manera; sin embargo el no atacaba. Se notaba que Percy estaba en modo defensivo por su modo de combatir contra mi, usualmente es más fiero a la hora de atacar o mucho más firme con respecto a eso.

—¡¿Qué sucede Jackson?! ¿Acaso peleas como un novato?— le incité con mi voz aún furiosa.

Percy primero me miró extrañado, pero luego opto una forma seria, noté como apretaba el agarre de su espada y se movía un poco hacia adelante, en ese instante ya estaba preparado para recibir el golpe que veía a continuación por su parte, un bloqueo con ambas manos por mi parte, ya que casi suelto mi espada por el golpe. Comencé a devolver con la misma ferocidad aquellos golpes que asestaba con la espada, ocasionalmente el brillo de la espada de Percy me hacía doler la vista lo cual me parecía algo injusto; Mi espada de hierro estigio no era brillante a diferencia de la suya, aunque si era devastadora para su oponente. Unos gruñidos salían de mi boca por la frustración del dolor de ojos y defenderme e intentar atacar a mi contrincante, ya ni si quiera me importaba la razón del inició de la pelea (la verdad no recordaba que la inició), pero no perdería, de ninguna manera estaba dispuesta a dar el brazo a torcer.

Estábamos ambos ensimismados en nuestro combate que en un momento dado unas chispas y llamas nos estaban bloqueando el camino, luego de unos segundos sentí como me tomaban los brazos y ví como Jason sujetaba a Percy.

—¡Suéltenme! ¡¡¡Maldita sea!!!— exclamé furioso por aquella interrupción.

—Sombritas tranquilízate, están peleando muy bruscamente— aquel sin duda era Valdez quien recibió un codazo por mi parte.

—Que genial fue liberarme de esa forma, me hacía falta— escuché tranquila la voz de Percy.

Cuando levante rápidamente mi cabeza Percy estaba tranquilo y Jason a su lado confundido.

—¿Qué rayos?— pregunté algo confundido y en ese instante Percy me beso enfrente de todos.

Leo me soltó y yo algo confundido me aparte ya con la molestia demasiado baja como para querer iniciar una pelea, de seguro mi cara ya estaba mucho más carmesí que la cabaña de Ares. Además la exclamación de todos los campistas solo me sirvió para notar lo sorprendidos que estaban todos.

Sentí como alguien entrelazaba sus dedos con los míos y pude ver a Percy sonriente.

—Ahora vamos por tus patatas fritas— dijo arrastrándome fuera de aquella multitud.

Solo Un AbrazoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora