¡¿Y El Beso?! ¡Queremos Ver Beso!

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Trate de regular mi respiración.

Con una mano apoyada en un árbol y la otra sosteniendo mi espada huía de Jason y Leo, al parecer Jason volvió nuevamente (para variar, de seguro andaba con sus chismes) y Leo como todo un duende de rubio claus le contó a Jason lo que le dije a Percy.

No era nada agradable que esos dos me siguieran por todas partes, literalmente y en todo sentido de la palabra, a todas partes. Al ir al baño ellos dos se adelantaban y ya esperaban ahí, al querer alimentarme... ya estaban ahí, y si quería dormir. Digamos que el punto es que no me dejaban en paz.

—¡Nico! — se escuchó la voz de Jason algo así como una canción y me estremecí al solo oírlo.

Nuevamente retomé carrera y seguí corriendo a través del bosque con dirección al lago, al menos los monstruos los distraerían algo por esa ruta y podría escapar, si tengo suerte podré salir sano y salvo de aquello. Casi abrazo el suelo unas seis veces al estar corriendo cuando finalmente divicé el lago, fue un alivio muy grande cuando estuve ahí y mi huída ya era casi perfecta.

Al correr por el lago para volver a mi cabaña pude observar que habían muchos campistas por el lago, pero, no fijé mi vista en ninguno de ellos hasta que volví a caer y esta vez alguien me sujeto; sin embargo, ambos caímos al suelo.

—¡¿Quién demonios... — grité y silencie mi voz al ver a la persona que cayó conmigo.

Percy.

No puede ser.

Percy está aquí.

Hace poco estaba allá.

¡Percy parece tener clones para estar en todas partes!

—No detuve tu caída, Nico — mencionó Percy a la vez que sonreía.

Nico, actúa natural.

Respira.

Suelta.

Respira.

Suelta.

—¿Por qué tocas tanto tu cabello? — cuestionó Percy haciendo que volviera a la realidad.

—Nada — dije sin si quiera responder a su pregunta, necesitaba cortar el hilo de la conversación y seguir corriendo.

—¡Nico!

—¡Sombritas!

Me levanté rapidamente y comencé a correr nuevamente, sentí que alguien corría cerca de mí y sin mirar escuché la voz de Percy.

—¿Te están siguiendo?

No respondí a la pregunta y seguí corriendo.

—¿Recuerdas que puedes usar viaje sombra? — cuestionó nuevamente, sin embargo esta vez iba delante de mí.

Me detuve de forma brusca y lo miré con mal humor, no podría haber mencionado eso unos minutos antes.

Me dirigí a las sombras y viaje entre ellas fuera del campamento, a un lugar en el que cerca compré un departamento, no recuerdo porque lo hice mas ahí estaba.

De algún modo me sentía mucho más cansado que de costumbre, en ese momento sentí como alguien me abrazó por la espalda y me tensé de inmediato.

—Dioses... eso es tan... ¿Cómo te acostumbras? — escuché la voz de Percy.

Ahora ya más calmado ante la situación comencé a estar nervioso por otro motivo completamente diferente y ese motivo tenía nombre y apellido, Percy Jackson. Practicamente realicé un millón de estúpideces en ese corto lapso de tiempo y además me estaba abrazando.

Solo Un AbrazoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora