✿ » Y entonces, su dulzura me contagio «.
Miku Hatsune siempre había vivido bajo un techo cálido, una agradable pastelería, su hermoso novio y por supuesto, una familia singular. La chica era considerada por los demás como alguien realmente agradabl...
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»La primera vez que le vio sintió que ella era la soledad en persona«
El hombre, prometiendo que sería su última probada, le dio una calada a su cigarrillo, para después entre abrir su boca y dejar que el humo se esfumara. Miku, con una pequeña mueca de desgano le observo una vez más, con sus manos detenidas en su cintura. Frunció su ceño al ver como el humo salía y tapo su nariz rápidamente, viendo como el cigarrillo se desvanecía en el cenicero.
— ¿Contenta, querida? — musitó el peli-morado después, viéndole con una sonrisa burlona. Miku asintió, ahora sin una mueca en su cara; simplemente se encontraba indiferente a la situación. — ¿Dónde está el pequeño Gakupo?
— De eso quería hablarle — musitó seriamente la chica, para después tomar asientos en los costosos sofás de cuero de aquel estudio. Miro a su alrededor, viendo como los libros sobresalían en ese lugar y como la luz de la ventana era tapada por las cortinas, mientras que la sala era iluminada por la tele y computadora. Encontró miles de papeles en el piso; algunos completos, otros rotos y unos hechos bola. — Vera, el niño está sano y salvo. Más le está esperando afuera. — Con su ceño fruncido agarro un papel que parecía fuerte, se paro y le dio en la nuca con este al hombre. — ¡Ya le he dicho que no fume delante del niño! Afecta mucho más a los que respiran el aire a los que inhalan.
— No puedo evitarlo, Miku — soltó una pequeña risa, sobándose su nuca. — La fecha limite llegara pronto y no he podido salir de la habitación, seguramente Luka está preocupada — murmuro, viendo como su computadora se abría un documento vacio. —Ah~ Es tan agotador.
— Le aceptaré por esta vez pero no quiero que Gakupo Junior se dañe por su culpa. También deberías pensar en ti, Gakupo. Por cierto, ¿quién rayos tuvo la idea de poner el mismo nombre a su hijo?
— Luka dijo que era lindo y ya sabes, ella es una flor, así que no pude negárselo — dijo, ligeramente emocionado. Miku suspiró, repentinamente divertida. De verdad que ese hombre amaba la mujer. — Muchas gracias por cuidar a mi bebé. El dinero se trasladara a la cuenta de la pastelería, ¿está bien?
— Esta muy bien. Bueno, fue un gusto hablar contigo. Espero que llegues bien a la fecha limite — dijo, para después cerrar las puertas del estudio y dirigirse al pequeño que se encontraba sentado en un cómodo sofá, esperando por la aqua-marina quien le dio un pequeño beso en la mejilla y se despidió.
Al caminar por los pasillos se encontró con muchas fotos de Luka, su mejor amiga y la única... hasta ahora. Vestía genial pues a pesar de ser solo una estilista, la mujer parecía llevar la carrera de modelo entre sus venas. Vio ligeramente como en una foto Luka y Gakupo se encontraban en su día de bodas; la mujer cargando al hombre. Algo poco usual... lo sabía. Después de todo Luka era su mejor amiga. Sonrió, hasta encontrar la puerta y salir con lentitud, agarrando uno de los paraguas que se encontraban en el bote. Vio como la lluvia era ligera y extendió su mano hasta el punto de sentir como las pequeñas gotas de lluvia caían sobre ella. Inspiro el aire y encontró el agradable olor de tierra mojada, seguido de un exquisito café que salía de una casa colorida. El vecindario era tan dulce que terminaría queriendo estar por siempre allí. Se puso unos audífonos y salió a la lluvia, con su paraguas, caminando lentamente hacia la parada de bus más cercana.
