-¿Una carta?-preguntó la joven mientras mordía un poco la arepa
-Sí, dice "Hogwagt"
Una sonrisa de maldad se plasmó en su cara
-Mami, ¡Qué mal ingleees!...no, no ¡En la cara, no!
Tomé el carrito con fuerza y a su vez nervios, estaba siendo observada por todos esos pelirrojos y los otros dos chicos, corrí con toda velocidad, no sí, flash me llaman, respire profundo, si esta señora me está haciendo una broma, no me imagino el dolor del tremendo coñazo que voy a dar...corrí...corrí y corrí...y BUMM!!
Capítulo tres: La llegada a Hogwarts
Espere el dolor, pero no llegó, abrí los ojos y un hermoso tren se encontraba ante mi campo de visión. Un enorme cartel se veía: 9 y ¾
Me volteé al sentir una mano en mi hombro, era el chico pelirrojo, era muy alto—Y yo, super enana—
—Hola—le sonreí
—Hola— dijo este— ¿De dónde eres?
—Te hago diez hijos—contesté
En ese momento casi me muero de vergüenza ¿lo dije? ¿pensé en voz alta?
El pelirrojo embozo una sonrisa confundida y me miró
—¿Qué dijiste?
Suspire aliviada, había hablado español
—Perdón— me disculpé— Soy...
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La señora me interrumpió
—¡Basta de hablar! ¡Suban ya sale el tren!
A empujones y pisotones entré al bendito tren, estaba perdida, no sabía con quién dónde sentarme, ¡Más perdía' que güajiro en Nueva York!
Toqué una de las puertas de los cubículos y al abrir observé que era un tipo grandote que me abrió, junto a él un rubio—muy lindo por cierto—, una chica con una cara de culo grandísima y un castaño
—¡Crabbe!—grito el rubio— ¿te quitas?, no me dejas ver quién es
El tipo obedeció, y el rubio clavó sus penetrantes ojos grisáceos en mis ojos color caca
—Soy Daniela—interrumpí la conexión—¿Saben dónde puedo sentarme?
—Como ves, aquí no—se anticipó a decir la pelinegra con una mirada de desagrado
¿Y la malaya esa qué?
—Cállate, Pansy—habló nuevamente el rubio—Hola, Soy Draco Malfoy, linda ¿Tipo de Sangre?
¿Tipo de sangre? ¡Que manera más rara de saludar aquí!
