Venezolana en Hogwarts. ©

Capítulo diez: ¡MARDITO CÁLIZ DE FUEGO ESE!

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Me volteé y era el pendejo este

—Coño, Draco, vos te pasáis, casi me matas

—Me tenias muy preocupado, Clayton

Me morí, nojoda! 

Capítulo diez: Mardito sombrero.

—¿Preocupado? ¿de qué coño?

—Bueno, pues

—Coño, vamos a la sala común y me dices

Caminamos hasta la sala común, saque las caraotas de mi baúl y me senté

—¿qué mirar?— pregunté mientras comía

—¿qués es eso?

—Caraotas, mami me las mandó esta mañana, si no me las como se apichan

—Bueno—se tensó

—Oye, ¿qué pasa, oxigenado?

Draco.

Tenía miedo, no quería estropear nuestra amistad

—Estoy enamorado.

—¡Otro más! Como que el amor anda en el aire, me tapo la nariz

—¡Callate un segundo, Daniela!

—A la verga, mamaguevo, ¿te la das de arrecho?

La miré serio y se calló

—Me gusta alguien

—¿Puedo saber quien es?, sí, re bollera

—Pues, es una persona insoportable, pero a su vez tiene un coraje inigualable, adora el chocolate y sus ojos, son comos dos avellanas

—Si le dices esa vaina, le da va a dar un coma diabético— río

Me acerqué un poco

—Pero, ¿Si le doy un beso a ella le gustará?

—Depende si le das un beso y le das asco, te mandará a volar

—¿Te doy asco?— me acerqué quedando a centímetros de sus labios

—Dra... 

—Shh—silencié colocando mi dedo índice sobre la comisura de su labio inferior—, Daniela...

Estaba dispuesto a cortar aquella distancia, el furor me carcomía...pero, el sonido de algo caer me hizo que me separara fugazmente

Pansy.

Terminé de hacer un trabajo de pociones, y comencé a caminar por los pasillos, llegué a la entrada de la sala

—Sangre limpia

Entré y un estruendo se hizo presente en mi estómago, tomé con la colera a flor de piel los libros y que traía y los tiré al suelo provocando un ruido, Draco se separó de la sangre sucia y me miró con rabia

—¿Qué mierda, Parkinson?

—Lo siento, yo...

—Me debo ir, Draco— dijo la sangre sucia y corrió hasta la habitación