Capítulo uno: La carta

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»Somos tan incrédulos que juraríamos a muerte jamás haber conocido a un centauro cuando muchas personas digan que han cabalgado sobre miles de ellos, simplemente porqué no han sido presenciados por nuestros ojos, y ahí es donde hacemos énfasis en la curiosa frase "Si yo no lo veo, no lo creo" «

Capítulo uno: La carta

El sol estaba en su punto más alto—Como siempre—, y el calor que había en Maracaibo era como de costumbre, el aire acondicionado estaba congelado y no quería ni echar ni fresco. Arrastré mis pies con mal humor y lo apagué, si no sirves para una mierda ¿para que te voy a tener encendido?

Finalmente proseguí a abandonar la habitación.

—A bonita hora te paráis, no haces un sevillo, la reina te llaman—Era mi hermana, Kimberly

—Cállate, ve que no estoy de humor y la pago con vos

—Espera...—contuvo una risa— ¿El aire otra vez?

Respiré profundo para evitar darle un coñazo, claro, como el aire de ella enfría arrechisimo, se burla la becerra

Abrí la puerta del baño y realicé lo que se hace ahí por la mañanas, mi ánimo empeoraba cada vez que respiraba ¿será que en esta casa no se puede respirar en paz?, abrí la nevera ¡Pa' mas arrechera!

—¡¿Quién fue el lambucio que se bebió la coca—cola que dejé enfriando en la nevera!?—grité cerrando la puerta de la nevera de un portazo

Coño vale, ¿Hasta cuándo verga?

Pasé mis ojos en contorno por la cocina ¿y qué veo?, a mi hermano muy tranquilo bebiéndose MI coca—cola, se la voy a hacer botar por los ojos, por lambucio, me acerqué a grandes zancadas, la furia era arrechisima, agarré la botella de coca-cola y la empujé haciendo ahogar

—Bebiéndose mi verga ¿no? ¡Que bello!

En esta mierda no respetan, nojoda.

—Daniela, te pasaste ¿y si me hubieras ahogado?— dijo Kevin, limpiándose, se veía que era bastante fingido su lamento, es más la única actriz aquí soy yo, mientras yo la doy tú me imitas, pero marico aceptalo, tú fracasas.

—Sería un gran privilegio para la humanidad—contesté fría, me da a arrechera que se coman mis vainas, son mías, MÍAS

***

El reloj marcaba las « 2:00pm», casi me muero, el parooo, cuando escuché

«No me importa tu raza o tu sexo

¿Por qué hablar de éso?

Ni de donde vengas

En el momento en que te haga falta

Que tengas un problema y no veas el final del túnel

La luz que te alumbra y te ayuda a salir del dilema

Ése es mi lema, what's up, baby?

Aquí siempre, aquí haciendo un caso cerrado

Caso cerradooooooooo, uh oh»

Ese programa, la bomba ¡Demasiado bueno, amo a María Polo! Esa tipa es como yo, no anda con cuentos para mamar pipi a quién sea.

—¿Qué, pero qué te pasa becerra, ¡ES TU HIJAAA!, María Polo, dale un coña...

—¡Mamáaa!, ¡DANIELA CHIQUINQUIRÁ ESTÁ GRITÁNDOLE, DE NUEVO AL TELEVISOR— gritó, Wilmary, la menor de mis hermanos

—Ah verga, cállate, yo te vi viendo Peppa, cómo cantabas la cancioncita, como te encantaaa,

Venezolana en Hogwarts. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora