CAPÍTULO 17

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Pasaron unas semanas, era viernes en la mañana, y en una llamada telefónica me dice Jessica

-Santi vas a venir ésta noche?

-Claro que sí, no me pierdo el placer de despertar a tu lado, ni por chiste

-Es que mira que mi mamá va a salir todo el fin de semana...

-¿O sea?

-¿Te quieres quedar todo el fin de semana conmigo, no quiero estar solita?

-Siiiii, encantado y dichoso

Preparé mi "maleta", eché cosas de aseo personal y una camiseta blanca junto con el pantalón del pijama como ropa de dormir, comimos lo que había quedado del almuerzo de ella, nos cambiamos nuestras ropas, apagamos la luz y nos arrunchamos juntos en su cama, nos tomábamos de la mano, jugando con los dedos del otro, hubo algunos roces, ella se quitó su cachetero y su short, se subió en mí, me bajó un poco el pantalón y calzoncillos, la penetré, sin embargo luego de unos pocos minutos, se arrepintió ella por cansancio, entonces simplemente nos arreglamos, nos arrunchamos de nuevo, y dormimos.

Al día siguiente, yo hice unos huevos revueltos como desayuno, vimos televisión un rato, me vestí y fui por unos sánduches para almorzar, acompañados por una botella de un litro de Aguardiente, comimos, bebimos, nos recostamos...

La empecé a acariciar sobre su pijama, pasando por sus hermosas piernas, subiendo por su cintura, masajeando sus senos, nos desvestimos mutuamente, mientras besaba su cuello, mis manos la tocaban, una sobre sus pezones, otra sobre su "bello jardín de rosas" en medio de sus piernas, ya estaba mojada, metí mis dedos en su vagina, los movía por todos lados, la masturbé varios minutos, luego se puso en cuatro y lo hicimos de "perrito", sin desprendernos, nos recostamos, y así mismo lo hicimos de medio lado, después me subí en ella haciendo la pose del "misionero" pero dejando una de sus piernas arriba y otra abajo, dio gemidos, tomamos un breve descanso, ella se quedó recostada sobre mí, desnuda, sintiendo cuerpo con cuerpo, la acariciaba cada centímetro que pudiera de su suave piel, y realmente era caricias, no era nada con morbo, además el sentir nuestros latidos juntos era algo maravilloso.

Me gustó mucho esa experiencia también, luego un buen rato, gentilmente me sonrió tomando mi cabeza con sus manos, llevándome hacia abajo, frotando mi boca contra su vagina, empecé a jugar con sus vellos en mis dedos, continuando mi placer, procedí a sacar mi lengua, lamiendo y bebiendo su delicioso jugo, movió sus caderas contra mí, llegando al clímax en mi boca; creo que era bueno dándole sexo oral porque era lo que más solicitaba ella, yo me sorprendí porque mi experiencia era nula en el tema, Jessica era la chica con quien aprendía de todo en temas sexuales.

Luego cenamos pan y café, me puse la ropa de dormir, nos arrunchamos abrazados, y caímos profundo, los dos.

Desayunamos, vimos una película, Jessica fue al baño, cuando volvió traía el short y cachetero negro en sus manos, de la cintura para abajo, nada... Y me dice

-Bueno creo que tanto tú como yo, queremos comer "algo más jugoso"

Se acostó en la cama, con una mano me señaló su vagina, ya no hizo falta más indicaciones, me ubiqué entre sus piernas, y "a comer se ha dicho", ella se mojaba mucho, yo bebía todo, me gustaba mucho, lo hacía con el mayor de los placeres; llegaron las 2 pm, hicimos un almuerzo sencillo para los dos, pero al terminar, bebimos nuevamente.

Nos acostamos a ver otra película, una porno, una cosa llevó a la otra, empecé a tocarla, a meter mi mano en sus cacheteros, sus vellos se mojaban con rapidez, le quité la ropa, ella me la quitó a mí, me coloqué encima de ella y le metí mi pene, hicimos la pose del "misionero" ella estaba indescriptible, el calor, la lubricación , todo en ella es perfecto; cambiamos un poco la pose, colocando Jessica sus piernas sobre mis hombros, así llegaba más lejos mi pene en su interior, dio gemidos con los primeros movimientos, ella me abrazaba con lujuria, su respiración se agitaba, ella empezó a moverse también, nuestros movimientos eran muy rápidos, ella llegaba al clímax, y justo en ése momento, Jessica empezó a decir incoherencias, fruto del licor que habíamos bebido, además de quedarse algo dormida.

Me detuve, la vestí, y esperé a que le pasara el efecto acostándome a su lado, consintiendo su cabello como tanto le gustaba, pero tanto la noche de ése día, como el fin de semana, habían llegado a su ocaso, al anochecer, ella despierta, arreglamos la casa un poco para que la mamá de Jessica no notara nada raro, y me fui...

friendzone   Nivel: SexualDonde viven las historias. Descúbrelo ahora