Lagrimas perdidas II
No sabía dónde había despertado o si esto era un sueño dado a que estaba rodeada de paredes blancas inmaculadas, volví a intentar moverme para averiguar de dónde salía aquel pitido constante pero no lo lograba mi cabeza estaba sujeta y por lo que sentía mis manos estaban sueltas pero adoloridas por lo que no las intente mover mucho, realmente era todo tan etéreo que lo lograba ubicarme aun, sabía que tenía una ventana cerca dado que un rayo de luz impactaba contra el suelo reflejándose un poco de el en toda la habitación con un suspiro me resigne y a pesar del dolor comencé a tantear el alrededor de mi cama dando con un vasto mando a distancia que por lo que sentía tenía 2 botones uno en la punta y el otro al extremo contrario, apreté los dos esperando algún cambio en la habitación, pero nada todo seguía igual de imperturbable a pesar del pitido que no se detenía.
-anastasia, al fin despiertas- dijo un hombre vestido de una impecable bata, el que no había notado entrar
-al...fin? - pregunte confundía, no recordaba nada más allá que el sueño que tuve de mi boda con Thomas
- al fin – repitió el acercándose – estuviste dos días sin despertar luego que te trajesen de tu casa- dijo antes de detenerse frente a mí para sacar una linternilla pequeña la que apunto a mis ojos -sigue la luz...muy bien, creo que podremos quitarte la sujeción de la cabeza, pero ya es momento que hablamos de lo que sucede con tu cuerpo con esta enfermedad-
-doctor- deduje – se lo que sucede con mi cuerpo, lo tengo más que claro y presente-
-pero aun así no la has tratado-
-si lo hago. Pero no puedo seguir aun lo más viable- respondí algo moleta, y un silencio algo cargad se formó entre ambos, entendía los puntos de los que me hablaba, los entendía más que nada, pero aun no era momento solo debía esperar unos meses más y haría todo lo que ya me había recomendado
- Ana, llevas años con esto y hay un tope, esto te lo advirtieron en cuanto todo fue diagnosticado y ahora estas arriesgando tu vida- explico suavemente dando una ligera pausa para que yo asimilara la información antes del peor golpe de todos – llevas años con esto y tu tope llego, la operación ya no es viable- dijo al momento en que mi mundo se detuvo y solo seguía oyendo lo que fuese a salir de su boca – y con la operación descartada y los tratamientos que ya no están funcionando tienes de cuatro meses a medio año de vida- remato tomando suavemente una de mis manos amoratadas.
Me mantuve quieta totalmente impactada sin pensar ni decir nada mientras que mi cuerpo mandándose solo se expresaba con grandes borbotones de lágrimas que escapaban sin descanso
-que me mantiene lejos del dolor? - pregunte apartando las lágrimas sin lograrlo ya que volvían a salir
-lo de ahora, es una anestesia del sistema nervioso, un de las más fuertes que hay en el hospital-
-cuanto necesito para medio año? -
-para los primeros meses la misma dosis de hoy pero luego el doble, el triple y podrías llegar a necesitar hasta el quíntuple para calmar el dolor – al parecer le costaba hablar del tema en concreto, quizá por el tiempo en que yo llevaba o por que el aún no se acostumbraba a los casos con termino irreparable, pero aun así siguió – pero al final la droga ya no surtirá afecto total y solo tendrás que inyectarlo para que el dolor no te desequilibre mentalmente-
-necesito el alta y la droga necesaria para el medio año- murmura convencida, no me podría quedar aquí teniendo a mis hijos en estados unidos y a mis gemelos en casa, separado unos de otros -y también su autorización para volar-
-no creo que sea buena idea que salgas Ana-
-tengo que hacerlo y firmare lo que sea para salir, pero tiene que ser hoy igual que seguramente la charla con los otros médicos, no puedo esperar más- murmure limpiando por segunda vez mis lágrimas, mis manos temblaban estaba asustada, pero tenía que seguir adelante
El medico asintió lentamente y se levantó dirigiéndose directamente a la salida, ya estaba suelta de la cabeza por lo que ahora la enfermera que estaba a un lado de la habitación pasando desapercibida se acercó para quitar, agujas, intravenosas, monitoreadores y de maces de mi cuerpo.
no paso mucho cuando ya el alta estuvo todo listo y Thomas apareció nuevamente en mi puerta; sabía que él había estado los dos días junto a mí y en cuanto le vi solo corrí a abrasarlo y besarlo rogando en secreto que el médico no le haya dicho nada de mi inminente muerte no quería tener que preocuparlo cuando lo de la próxima semana se venía.
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La venganza de Anastasia.
FanfictionTodo acabó, ahora sin nada ni nadie tiene que salir adelante y recuperar lo que perdió por culpa de aquella mujer, pero el camino será pedregozo y ella tiene un límite.