Capitulo 28.

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  Toqué su rostro, sus brazos, mis nervios pulsaban mis manos sintiendo descargas eléctricas cuando la tocaba. La besé tan... tan suave, tan dulce. Ella era mi todo, la tomé de la cintura y la acerqué a mí. Ella era mi ángel después de todo, me alejé un poco de sus labios y comencé de nuevo a acariciar su rostro con mis dedos.
Acaricié sus cejas, su nariz, boca, ojos, cuello. No había cambiado ni un poco, seguía tan hermosa como antes. Sus ojos se abrieron y los miré. Se pegaron en mí como imanes.


- Te amo.- le dije suavemente.

Ella sonrió y me abrazó.

- También te amo Julián.
- Yo... yo cambiaré, por ti. Si me pierdo en el intento..
- Yo te ayudaré.- me interrumpió.

Después de ésas palabras, todo pasó muy rápido. Se quedó dormida 20 minutos después. Era tan hermosa. La cargué en mis brazos y la llevé a mi habitación, la dejé caer con cuidado sobre mi cama, me senté en el borde de ésta para contemplarla, comencé a acariciar su cabello... mi dulce niña, la amaba tanto.
Me levanté y fui hacia la sala.
¿En verdad era un mounstro? Miré fijamente hacia el sofá, donde horas antes estaba celebrando mi gran trabajo con licor, me senté en el con las manos detrás de mi cabeza.
Oriana había hecho mi vida mejor, haciéndome creer que podía ser una buena persona. Sonreí, caminé hacia la mesa y revisé mi teléfono, tenía 3 llamadas perdidas, de mi hermano. Lo llamaría después.
Regresé hacia el sofá y recordé la navaja que estaba en el lavabo, me levanté de nuevo y la lavé. Eso fue lo que tanto asustó a Oriana. Revisé la cocina para que no quedaran evidencias. Todo estaba bien. Regresé otra vez al sofá.
Cuando volví a ver a Oriana pensé que había caído un ángel para castigarme por todas las cosas malas que alguna vez había hecho. 

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Desperté porque sentí un par de brazos tratar de cargarme, después dos. Abrí mis ojos para ver policías en toda la habitación. Mierda.

- Julián Serrano, estas bajo arresto.- exclamó uno de ellos.

Finalmente desperté completamente y empujé al sujeto que intentaba cargarme, y lo golpeé en el rostro. Sólo había 4 policías en mi casa. Podía con ellos.
Golpeé a otros 2 dejándolos inconscientes y el más grande se acercaba a mí con rapidez. Saqué mi navaja, apunto de apuñalarlo el en cuello.
Entonces comenzó a cargar su pistola cuando de repente me congelé. La puerta de mi habitación comenzó a abrirse...era Oriana.  

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Sky.

Enamorada de un criminal (Adaptada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora