Capitulo 52.

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-Narra Julian-


- Oriana, por favor espera. Estarás bien, te lo prometo, ésta vez cumpliré. - le dije.

Su cuerpo caía en mis brazos mientras corría detrás de mi tío... sí, él, mi tío. Había venido con él. Ahora sabrá que no estoy muerto lo que básicamente arruinará todo. Me aferré a la mano Oriana todo el tiempo, sintiendo su corazón latir cada vez más lento. Su piel se sentía casi como un hielo, la miré a los ojos, tenía toda una vida por vivir aún, pero su rostro parecía estarme dejando.


Mi estomago se revolvía y le grité a mi tío para que fuera más rápido, ahora íbamos en camino hacia el hospital.
Bueno, estaba ahora con élla pero sabía que llegaría el momento en el que no podría entrar acompañandola, y éso me mataba. ¡Todo había sido mi culpa por no llegar antes! Sentía que las lágrimas volvían a salir, no, tiene que sobrevivir.
Nos estacionamos y mi tío se bajó, corrió hacia la puerta trasera para abrirme y la cargó, solté su mano, sintiendo un calor correr en mí mientras me ponía cada vez más pálido. Mi tío Ben corría hacia las puertas del hospital con Oriana en brazos. Todo lo que sabía, éra que la volvería a ver.
Entraron y pude ver a mi tío pidiendo ayuda a quien pasaba, los veía. Yo ya sabía lo que íba a hacer si élla no sobrevive. ¿Qué mas puedo hacer? Me quitaría la vida, por quitarle la suya a Oriana.
Me quedé en el auto mirando hacia dentro del hospital, hasta que mi tío desapareció y no lo pude ver más. Abrí la puerta del auto y salí, quería sentir cada centímetro de la piel de Oriana, quería sentirla una vez más.
Miré hacia el cielo mientras el sol desaparecía. No hacía esto seguido, pero le rezé a Dios para que élla estuviera bien.


-Narra Nathan-

Corrí por las calles, me importaba muy poco lo cansado que estuviera, busqué por todas partes.
Iba a encontrar a Oriana. Sus padres aún no regresaban a su casa, los llamé, nadie contestó. Les dije a los demás que se había perdido y ahora todos la estabamos buscando como locos. La tenía que encontrar, la amaba mucho.
Me topé a Thomas.

- Nada aún Nat... lo siento hermano.- me dijo agachando su cabeza. Caminó y me dió una palmada en el hombro.
- Gracias, vamos a la casa de Fernanda, hay que llamar a la policía de ahí.

Thomas y yo caminamos por la calle, yo pateaba cualquier cosa que se estuviera en la calle, estaba completamente desesperado y preocupado.

- No sé, no puedo imaginar ni siquiera en donde pueda estar.- me dijo.
- Mhm.. eso quisiera yo saber.
- La encontraremos.

-Narra Oriana-

Esperé de nuevo, quería escuchar la voz de Julián, pero no escuchaba nada, me sentía mas mareada. La obscuridad crecía más y más, se sentía como una enternidad, pero supongo que solo habían pasado un par de horas. Sentí que jalaban mis brazos de los lados, pero no podía abrir mis ojos para ver qué era, de repente, sentí una corriente de aire frío pasar a travéz de mí. La calidez que sentía antes, se había ido.
Ahora escuchaba gente murmurando en voz baja, como un zumbido, crecía y crecía, cada vez se escuchaba más fuerte, quería estar cálida otra vez, como antes. Pero se había ido junto con la tormentosa obscuridad.

De repente sentí que me empujaban hacia una superficie de agua, como si me quisieran ahogar o algo así, luché contra todo, pero no podía abrir los ojos. Estaba tan incómoda. Sentí un dolor recorrer todo mi cuepo, algo me jalaba el hombro. No podía llorar, ya que mi cuerpo no me lo permitía.
Los murmuros se escuchaban más fuerte, tanto que me permitieron escuchar una voz.

- Dame las pinzas.- dijo alguien.

¿Quién está hablando? ¿Qué está pasando?
Traté de no dejar este pacífico lugar que de repente había llegado en mis pensamientos, estaba debajo del agua, traté de relajarme pero algo me estaba jalando hacia arriba. El agua se esparcía y la superfície estaba tan cerca. De repente, un tirón doloroso me hizo abrir los ojos bruscamente, me aterrorizé. Me alejaron de la muerte.
Parpadeé y ví algunas figuras color azul cielo alrededor de mí, de repente, todo empezó a cambiar y se veía borroso.

- ¡Traeme el desfibrilador ahora! La paciente responde.- volvió a decir la misma voz.

Comenzé a caer en mi sueño cuando de repente de nuevo sentí un jalón muy doloroso.

- ¡Traeme más anestecia!- hablaron de nuevo.

Solté un grito de dolor mientras abría mis ojos y ví mi hombro, no tenía sangre, pero tenía una herida de bala.

- Quédate con nosotros, pequeña.- me dijo de repente un hombre, éra el doctor.

El doctor parpadeó varias veces y me miró, alcanzé a ver algo que estaban inyectando en mis venas y comenzé a respirar de nuevo.
Traté de mantener la calma, pero mi cuerpo se estremecía y estaba entumecido, no podía moverme.

- Descansa.- me dijo el doctor.

Estaba viva.  

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Sky.

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⏰ Última actualización: Feb 12, 2017 ⏰

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Enamorada de un criminal (Adaptada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora