Capitulo 33.

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  Desperté al escuchar el sonido de la lluvia... ¿Lluvia hoy?
Me levanté, eran las 9 a.m. Me estiré para relajar mis musculos, sentí un hormigueo. Miré hacia mi ventana, estaba lloviendo.

Ni siquiera una tormenta me iba a impedir ir a visitar a Julián. Me vestí. Dejé mi cabello caer naturalmente ondulado hacia abajo, ya lo tenía más largo, tenía que cortarlo pronto.
Bajé las escaleras y vi una nota de mis padres encima de la mesa.

"Oriana, buenos días cariño. Fuimos a visitar a tu hermano, y después iremos al supermercado. Si necesitas algo, llámanos. Regresaremos antes de las 3pm.
Te amamos. 

Mamá y papá."

Suspiré. Me habían dejado desayuno, y aún estaba caliente. Desayuné huevos con tocino y un vaso de jugo de naranja.
Julián... él me había cocinado hace tiempo... y el sabor del desayuno jamás iba a ser el mismo. Terminé y subí de nuevo a mi habitación por mi paraguas. Tomé mi bolso y lo colgué por encima de mi hombro.

Decidí llevar el auto, ya había sacado mi permiso, lo obtuve un poco antes de conocer a Julián. Bueno, la policía no iba a revisar si soy menor o no, lo que checaban era si iba a exceso de velocidad.
No me maquillé ni nada. En primer lugar ¿Por qué lo haría? Casi no lo hacía, y además estaba lloviendo.
Saqué el BMW negro de la cochera, lo encendí y lo arranqué. Ya tenía algo de tiempo desde la última vez que lo había manejado, no es que tuviera miedo. Era solo que no había tenido oportunidad para hacerlo.

Pasé por la florería y compré un ramo de rosas blancas. El precio la verdad no me importó, tenía suficiente gasolina, el tanque estaba lleno. Conduje fuera de la ciudad hacia el cementerio, en la lluvia; era buena manejando, también era rápida. Solo tenía que revisar si no había policías que me detuvieran por ir rápido.
Finalmente llegué al cementerio, estacioné el auto en el aparcamiento. Lentamente me salí y cerré el auto, caminé entre las calles llenas de piedras, mi paraguas se quedó rígido a pesar de la lluvia, gracias a Dios.
Busqué alguna señal de dónde se encontraba su tumba, caminé y caminé buscándola por casi 35 minutos. Finalmente, la encontré. Estaba cerca de unos árboles, en un borde.

Me acerqué y la toqué.. Mi Julián estaba enterrado ahí, bajo aquella tumba de madera de cedro, no era tan elegante como las demás tumbas, y eso me recordaba mucho a él.
Me pregunto ¿quién habrá venido a su funeral? El único del que estaba segura de que había ido era su hermano. Me apoye sobre mis rodillas y mire su lapida.

~ JULIÁN SERRANO. Un joven que fue encontrado en el camino de la vida.

16 de Octubre de 1993 - 16 de Abril del 2016~

Miré fijamente su tumba, de repente mis ojos se pusieron borrosos, escondí mi rostro entre mis manos. Mientras bajaba mi paraguas, no me podía ir de ahí. Julián era todo para mí, lloré hasta que sentí que estaba seca de lágrimas. Pensé entonces que no podía llorar más.
Miré de nuevo su tumba, no podía decirle adiós. Finalmente, me levanté. Sentía que había pasado una eternidad, antes de que me diera cuenta, la lluvia ya se había quitado.
Me levanté y le dediqué unas palabras, cortas, pero significativas. Para terminar con un corto y sincero.

- Te amo, Julián Serrano -

Tomé de nuevo mi sombrilla y la cerré. Me quedé ahí parada un rato más hasta que el sol finalmente apareció.

Entonces, me dí cuenta que no muy lejos de ahí, hacia la derecha, unos árboles se alborotaban aún sin que hubiera viento.  

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Sky.

Enamorada de un criminal (Adaptada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora