Capitulo 46.

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  -Narra Oriana-

Finalmente éra viernes.

Me sentía feliz y entusiasmada por algúna razon, éstaba soleado afuera, sentía como si el sol golpeara mi ventana como una bomba. Me vesti y tomé mi mochila saliendo de mi habitación. Llegué a la cocina y tomé una barra de granola con algo de leche y unas papas fritas mientras salía.
Caminaba por la banqueta cuando de repente ví a Nathan de pie frente a su auto esperandome.

- Hola Oriana. Te ves muy linda hoy. - me dijo mientras se acercaba a abrazarme. Aspiré el dulce aroma que éra tan típico de Nathan. Él me abrió la puerta - Después de tí .- me dijo.

Me subí a su auto y él cerró la puerta mientras se daba la vuelta para entrar e irnos a la escuela. Me quedé callada un minuto, después suspiré y hablé.

- Nat, sé que te dije ayer que estaba confundida. - comenzé a decirle, él me miró en espera para que continuara .- ¿Crees que puedas darme más tiempo? Bueno, es que necesito sentirme mejor.- proseguí.

Él miró a lo lejos y le dió la vuelta al volante para estacionarlo en el espacio para estudiantes en la escuela, detuvo el auto. Lentamente giró su cabeza para mirarme.

- Yo te entiendo Oriana, de verdad. Y no te preocupes por mí, yo esperaré, y por alguna razón...- se acercó a mí.- sabía que necesitarías tiempo.- me dijo.

Oh Nathan. Era un gran chico, mejor que cualquiera que conocía.

- Nat - le dije en voz baja, no le había dicho a nadie esto - sabes, a veces siento que me pierdo sola, siento que mi cabeza me vuelve loca, siento que no sé que hacer... a veces me siento asustada.- le dije, me refería a que me sentía asustada por lo que podría pasar, pero no a mí. Nathan tomó mi mano y la apretó, miré sus lindos ojos.
- Si pierdes la cabeza, entre todos tus pensamientos, yo te ayudaré a encontrarla. No quiero que te sientas así, para eso estoy yo. - me contestó.

Recargué mi cabeza en su hombro, éra tan comodo. Había aislado mis pensamientos de todo mundo excepto de Julián, pero Julián no estaba aquí porque... me dejó, de nuevo. Suspiré y Nat acarició mi cabello con sus dedos, ví a un chico tocar la ventana del auto del lado de Nathan haciendole pulgares hacia arriba, Nat sonrió un poco y después me miró.

- De verdad me importas Oriana. - me dijo con un tono delicado, yo le sonreí.

También me importas Nathan, me dije a mi misma en mi mente.

-Narra Nathan-

Sonreí mientras Oriana ponía su mano sobre la mía. Entonces escuchamos el timbre de la escuela sonar, élla se alejó un poco de mí y ambos nos bajamos del auto. Ignoré algunos comentarios de unos tipos que hablaban a nuestras espaldas. La acompañe a su clase y nos soltamos de la mano, me miró y me sonrió, amaba éso de Oriana.
Ella no éra cualquier chica, éra inteligente, dulce, agradable, y no era una zorra. Élla sabía siempre lo que estaba bien o lo que estaba mal, siempre se preocupaba por cosas que a los demás hoy en día les da igual. La conocía desde hace mucho tiempo, recordaba casi cada expresión y recuerdos de la infancia de ella.

Miré hacia las escaleras, ahí estaba aquel cretino. El nuevo cretino de la escuela. Por supuesto, estaba con su ya tradicional tripulación de chicas alrededor de él, me sentía mal por aquellas chicas. Había algo que odiaba de él. Me estremecí... odio no éra la palabra correcta. Sentía unas ancias de golpearlo tan fuerte.
Orianase acercó más a mí y no se dió cuenta de que ahí estaba el chico nuevo, bueno, parecía que no se había dado cuenta. Fuímos hacia su clase y ví entonces que él la miraba de una manera.. divertida. Él continuaba viendola y eso me sacaba de quicio. Sonrió hacia donde yo estaba, de una manera que me decía "La conseguiré pronto".

Me dirigí hacia él, con la sangre hirviendo y mis puños apretados. Sentí a Orianacorrer hacia mí y agarrarme del brazo.

- ¡Hey tu imbecil! ¿Qué estás viendo?- le grité, estaba muy molesto.
- ¡Nathan!- me dijo Oriana.

El chico se acercaba con una sonrisa en su rostro.

- ¡Estabas viendo a mi chica! ¡Idiota!- no podía calmarme.
- Bueno, claro que la veía, está ahí parada ¿Cómo no verla? - me respondió el bastardo.

Miró hacia Oriana, y le guiñó el ojo, en ese momento le tiré un puñetazo en la cara. Lo tomé de nuevo y lo azoté contra la pared, de repente sentí unas manos sobre mí. Ignoré todas las voces y el drama que había alrededor de nosotros, sabía que él quería algo de Oriana. Le haría algo que la lastimaría. Lo presentía.
Entonces, alguien me estaba separando de aquél imbecil y lo miré fulminandolo con la mirada. 

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Sky.

Enamorada de un criminal (Adaptada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora