Capitulo 43.

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  *2 semanas después*

-Narra Oriana-

Ya ha pasado algo de tiempo desde que Julián me dejó y descubrí que estaba vivo, bueno solo han pasado un poco más de 2 semanas pero se siente como una eternidad para mí. He buscado a Julián por todo Los Ángeles dos veces y no encontré nada, busqué por aquél brillante cabello dorado que ya era tan familiar para mi vista. Aquél que había pasado por entre mis dedos varias veces.
Comenzaba a pensar que, de nuevo, me dejó, me dejó haciéndome saber que no me quiere más en su vida.

Intenté continuar leyendo el capítulo de un libro en mi clase de literatura, pero ahora era imposible. Me sentaba hasta al fondo yo sola, cada vez que miraba hacia mi lado, pretendía pensar que Julián iba a aparecer de la nada e iba a sonreírme como solía hacerlo de vez en cuando. Pero mi escritorio permanecía vacío.
Era Jueves y, de nuevo, teníamos un maestro suplente, él era joven, alrededor de unos 20 años. Recuerdo cuando nos dijo lo joven que era cuando se graduó de la universidad, ya que estaba en clases avanzadas. Era guapo, pero lo digo de nuevo, yo solo tengo ojos para Julián. Tenía cabello marrón que apenas alcanzaba a cubrir sus ojos, y era un poco más alto que yo.
Dejé de mirarlo y me enfoqué en la lectura de nuevo, después de un largo rato, el timbre sonó finalmente.

- Ok jovenes, pueden salir. Nos vemos mañana.- nos dijo el nuevo profesor.

Salimos del salón de clases y alguien me golpeó levemente el brazo. Éra Nathan que apenas se estaba acercando a mí.

- ¡Hey Oriana!- me saludó con una gran sonrisa. Le sonreí y le dí un golpe también, el cual esquivó. - Mejora tu puntería chica.- me dijo riéndose.

Le sonreí y de repente mis ojos se encontraron con los de un chico que estaba afuera, era nuevo y ya tenía una multitud de chicas alrededor de él. Era el típico 'conquistador' del colegio, y vestía como tal, traía puestos unos Jordan, una camiseta blanca de cuello en V y jeans grises. Su cabello negro estaba ligeramente despeinado casi llegando a sus cejas. De repente miró hacia mí y me sonrió sin dejar de mirar mis ojos. Él siguió mirándome mientras las chicas alrededor de él me veían y se surraban cosas entre ellas.
Nathan y yo pasamos por donde él estaba y yo sentí su mirada aún sobre mí.

- Aún no te deja de ver. - me dijo Nathan al oído.

Me dí la vuelta para mirar el rostro de Nat, se escuchaba celoso, al voltear, me dí cuenta de que nunca había mirado su rostro tan cerca. Su cabello castaño estaba creciendo, estaba por sus ojos y algunos mechones eran más largos que otros, haciendo que pareciera que traía flequillo. Sus ojos miraron hacia mí de una forma muy linda, yo sólo le llegaba al hombro... igual que a Julián. Negué con mi cabeza.

- Nat, yo no lo veía con la misma intención. Él solo me miró y apenas me dí cuenta de que es el 'conquistador' de la clase.- le contesté negando con la cabeza.

Nathan sonrió y me dio un golpe en el brazo.

- Pero sabes que te gustó algo... ¿o no?.- me contestó con un tono pícaro. Yo lo golpeé en las costillas. - O solo que seas del otro lado.- me dijo riéndose.

En ese momento Nathan se fue corriendo burlándose de mí. Lo vi desaparecer, ¿que pretendía? Yo no soy bisexual, ni lesbiana. Me reí, y corrí detrás de él alcanzándolo, lo golpeé de nuevo en la costilla.

- Heey señorita.- me dijo sonriendo, y de repente me besó lentamente la mejilla.

Me quedé inmóvil. ¿Acaso me acaba de besar? Tenía ya la costumbre de que siempre que uno de mis amigos me besaba en la mejilla, borrarlo con mi mano, pero temía que eso dañara sus sentimientos. Nathan miró a lo lejos y después me miró de nuevo. Yo dirigí mi mirada hacia donde él había mirado. Era el mismo chico que había estado afuera mirándome, ahora estaba parado en las escaleras, me estremecí... cretino.
Nathan me hizo una seña con su cabeza para dirigirnos hacia la cafetería, pasamos por un lado de él, ambos estábamos muy cerca, nuestros brazos rozaban. Por un minuto me sentí protegida de la mirada de aquél cretino, pero Nathan lentamente pasó su mano alrededor de la mía. Se me fue el aliento por un momento, su mano era suave y cálida, la de Julián era firme y también era suave, justo como a mí me gustaba.
Entramos a la cafetería y nos acercamos hacia donde estaban nuestros amigos. Fernanda, Jane y Lucy estaban hablando entre ellas y pronto me vieron.

- ¡Oriana, adivina que pasó! Vimos a....- comenzaba a decir Lucy, pero se detuvo al ver la mano de Nathan y la mía juntas.

Jane y Fernanda miraron hacia nosotros y comenzaron a hacernos burla. Se acercaron a nosotros con risitas y abrazándose una a la otra.

- ¡Lo sabía! Tenía que pasar tarde o temprano.- dijo Jane con gran entusiasmo en su voz
- Me alegro mucho por ustedes chicos.- dijo Lucy.
- Yo también me alegro mucho, se ven muy felices.- agregó Fernanda.

Traté de hablar, pero ellas me interrumpían cada vez que intentaba negarlo. Nathan estaba mirando hacia mí sorprendidamente y con una gran sonrisa.
Negué con mi cabeza, no era lo que parecía.

- Iré por tu almuerzo.- dijo Nathan.

Caminamos hacia las mesas mientras mucha gente nos veía con curiosidad, y con miradas algo raras. Luego hubo un rato en que el equipo de basketball de Nathan nos miraban y reían, y hacian sus típicos apretones de manos. Me hizo sentir como si fuera un trofeo.
Después de ir por nuestro almuerzo nos sentamos afuera al aire libre, en una mesa que estaba debajo de un arbol. Nathan aún estaba tomando mi mano y cortésmente la soltó para comer. Me sentía algo perdida... ¿desde cuándo salía con Nathan? Hice a un lado mi ensalada y lo miré a él picando sus uvas con un tenedor, él notó que lo miraba y dejó salir un largo suspiro.

- Debí hacer esto antes de aparentar ser algo más.. ¿Quieres salir conmigo?- me dijo.

Se quedó ahí mirándome con su cabello moviéndose con el viento, agitándolo de manera que podía ver claramente sus ojos. Su piel brillaba en la sombra haciendo ver su tonificado cuerpo debajo de su camiseta gris. Sus ojos se clavaron en los míos, me pregunto qué éra lo que veía en ellos.

-Narra Nathan-

Fué un poco irrespetuoso de mi parte haber tomado su mano sin pedirle permiso, pero no me gustaba la manera en que aquél cretino miraba hacia élla. Ahora, finalmente había tenido el coraje para pedirle que fuera mi chica, mi única chica, porque la quería desde que descubrí que Jasmine no éra para mí. Amé la manera en que élla estuvo ahí ayudandome justo cuando nadie más entendía mis sentimientos. Además élla éra hermosa.
Le pregunté entonces si quería salir conmigo. La miré fijamente a sus ojos, y ví un brillo familiar en ellos, aquél que siempre encuentro cuando la miro a los ojos. El viento soplaba contra su cabello, el cual golpeaba ligeramente contra su rostro, sabía que élla necesitaba tiempo, y yo estaría ahí por ella, así como lo estoy ahora.

- Está bien, Oriana. No tienes que responderme ahora. - le dije mientras le sonreía cortesmente y le acaricié su brazo.

Miré hacia abajo, éra evidente que élla no sentía lo mismo que yo.

- Nathan... yo...- comenzaba a decirme élla, levanté mi mirada y la ví queriendo comenzar a llorar, respiró lentamente y continuó. - Necesito tiempo Nat, pero te responderé, solo que no ahora... tengo que pensarlo.- dijo, yo solo asentí con mi cabeza.
- Está bien, solo recuerda que yo siempre estaré aquí, por tí.. porque te quiero.- le contesté con la mayor sinceridad posible.

Estaba siendo muy cursi, nunca decía mis sentimientos en voz alta. Me levanté y miré hacia el cielo.

- Te veo despues.- le dije.

Comenzé a caminar alejandome, sintiendo un dolor en mis entrañas del tamaño del oceano. 

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Sky.

Enamorada de un criminal (Adaptada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora