Capitulo 39.

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  Estaba en mi habitación, una habitación que me habían dado hace casi 6 semanas.
Miré hacia el cielo por un largo rato, en verdad quisiera que mi hermano me hubiese matado en vez de amenazarme, no puedo seguir lejos de Oriana, todo lo estaba haciendo por ella. Sabía que si lo ignoraba, la mataría en un instante, probablemente en mi presencia.
Quería matarlo, por haberla metido en este lío. -"Aléjate o tu chica muere."- recuerdo sus palabras. ¿Cómo mierda supo que estaba con ella? ¿Cómo la conoce?

Me quedé encerrado en mi habitación viendo el sol en el cielo, viendo las nubes pasar... una tenía forma de un... ¿pato?. Otra, de un ojo... de un ojo que tenía la misma forma que los de ... De repente mi puerta se abrió, no volteé a mirar.

- Sal ahora de la habitación.- me gritó Alex.

Yo seguí ignorándolo. De repente me tomó de las piernas, me dio la vuelta y me azotó contra la pared.

- ¡Me agradecerás por mantener viva a tu querida perra porque si yo quiero puedo aventarle una bomba cuando quiera!- me estaba gritando - ¿Crees que no me di cuenta que todo el día estabas afuera acechándola? ¡Te dejé ir por más de un mes y eso es todo lo que haz estado haciendo, siguiéndola como perro a cualquier lugar Julián! Eres un completo...- no lo dejé terminar.

Lo empujé lejos de mí antes de que terminara.

- ¡No tienes derecho a llamarme estúpido cuando no tienes la más mínima idea de lo que estas diciendo Alex! - le contesté con el mismo tono que él a mí.

Caminaba hacia la puerta y el me alcanzó, me empujó contra el suelo, yo simplemente me reí mientras lo veía sacar su pistola. Seguí riéndome mientras preparaba el gatillo.

- ¡Adelante, hazlo! Haz que mi vida se termine.- le grité.

Bajó el arma y me llevó hacia la sala, que al parecer ya estaba preparada.

- Mejor dedícate a tu trabajo, idiota.- me dijo Alex.

Seguí riéndome y me golpeó en la mandíbula, haciéndome casi ver estrellas. Aún así no me dejé de reír hasta que salió de la sala.
Era mejor que se cuidara, no sé como se sienta matar a alguien cercano.

-Narra Oriana-

Caminaba hacia mi casa después de la escuela, sentía el peso de mi pistola de electrochoque golpeando mi espalda mientras mi mochila se movía al caminar, la llevaba conmigo desde que mis padres se enteraron de una 'supuesta' pandilla rondando en las calles.
No iba a ir a practicar hoy, caminé por la esquina de la escuela y de repente ví el nuevo y brillante Dodge negro de Nathan estacionado en la entrada para estudiantes. Su nuevo auto, éra un regalo de sus padres.

- Se siente mejor de lo que parece.- escuché de repente, volteé y ví a Nathan tomando sus llaves.
- ¿En serio? - pregunté.
- Claro señorita.- me contestó sonriendo.

Abrió la puerta del copiloto esperando a que yo entrara, negué con mi cabeza.

- Me iré caminando Nat, gracias.

Él carró la puerta y caminó a un lado mío.

- Caminaré contigo entonces.- me dijo de nuevo con una gran sonrisa.

Hice una pequeña mueca de desagrado.

- ¡Vamos Oriana! - me dijo de nuevo.

Suspiré y caminé con él.  

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Sky.

Enamorada de un criminal (Adaptada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora