Esta adicción a que me mientan, una y otra vez lo hicieron y todas siempre dando la mano hasta quedarme sin dedos, un vicio que me condena, claro lo que mata de ella es lo mas común de los vicios, no la mentira sino el exceso de ellas, este exceso de creerme tantas que ya no puedo dejar de creerlas y aun sin dedos sigo poniendo la mano, y cuando me quede sin mano sé que pondré el brazo, luego el pecho y así hasta que este vicio me consuma.
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Trasfondo sublime.
RandomLo que se calla y se traga siempre termina magullándonos el interior. Sobra decir algo sobre esto, el titulo habla por si solo. Quien aun no lo comprenda, necesita arriesgarse a leer.