Trasfondo sublime.

Perfección Inducida

   Y así era su vida, toda su vida Jane tenía que ser perfecta, tenía las mejores notas porque esa era su obligación, siempre era puntual y no decía ninguna obscenidad como sus amigas, Jane siempre sonreía de par en par cuando la insultaba porque la perfección no comprende de emociones, lavaba los cubiertos bajo un estricto orden "tenedor-cuchillo-cuchara" y repetía todos los días "tenedor-cuchillo-cuchara", no comía postre otro día que no fuera los jueves al medio día, para ser perfecta le enseñaron que debía tener un cuerpo escultural de super modelo, sino no sería perfecta, nadie nunca aceptaría que se equivocara y ella al saber eso se mataba estudiando para no hacerlo, Jane... Era una anomalía, se levantaba de la mesa en total silencio como si se tratara de una prisión, una vez intento probar un cigarrillo y la juzgaron tanto porque dejaría de ser perfecta que jamás volvió a una disco, pese a que adoraba bailar, pero no bailaba con extraños, "una chica tan perfecta y correcta como ella no debe estar aquí" escuchaba mientras intentaba entrar, todos la veían e intuían que era prestigiosa, correcta, segura... ¿Como sabrían las personas normales que una vez que te catalogan de perfecta, pierdes todo vestigio de humanidad? No puedes comer carne todos los días, tampoco helado... "Debes dormir a las 10 Jane, trabajas temprano y debes llegar radiante" decía la voz de su madre en la cabeza. Como te ha consumido tu perfección la vida, una perfección que tú querías y cuando descubriste ya era demasiado tarde para renegar, ya tenías demasiadas personas queriendo ser una pizca de perfectos como tú, odiándote por sacar siempre las mejores notas a la vez que otras nunca pidieron menos que las mejores, sin que te dieras cuenta se te fue la luz de la mirada y se te apagaba la sonrisa cada que tu madre hablaba sobre "la hija perfecta" que eras... Cuántos amores dejaste escapar porque antes de una relación deben casarse las personas, cuánto fuego y pasión no has descubierto hasta ahora, cuántos sabores te contuviste de probar por no decepcionar. Ahora han pasado los años de Jane, mi querida Jane que solo probó el amor y la fantasía en libros, dónde se bañaba desnuda en lagunas de galaxias sin ser juzgada, dónde era libre y no perfecta, dónde fue suya y de nadie más.