Siguen allí

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Él es fuerte, alto, parece medir 1,90. Sus ojos son del color de la miel, cuando me mira fijamente siento que todo mi interior es dulce; tiene pestañas largas, su cabello es rubio pero su piel es dorada, parece haber trabajado horas debajo del sol sin remera. Su ser irradia relajación. Anhelo besarlo de una vez por todas

- A que no me alcanzas, enana.- Odio que me diga enana, no lo soy, bueno, a su lado todos lo somos. Harry comienza a correr alrededor de la piscina. Lo miro y no lo persigo.
-No me dejes corriendo como un idiota, enana.- siento que algo me empuja y caigo al agua empapando todo mi cuerpo. Una vez allí él se acerca a mi, me mira con esas miradas que dicen todo, deseo, eso era lo que sus ojos me transmiten.

Pasaron 7 días, no he recaído, quizás esto de distraerme hace que en mi cabeza no haya lugar para esas esas voces, pero se que siguen allí. Están esperando el momento justo para volver y atormentarme. Me siento débil, se que caeré de nuevo en mi enfermiza obsesión.

Domingo 3 am. Esas voces me despertaron diciendome que la maté, siento culpa, yo no quería que ella muriera. Ahora mismo estoy en la cocina a punto de tomar una cuchilla pero veo el botiquín de emergencia, no pienso en nada, sólo se que soy culpable de su muerte. Un bisturí es todo lo que necesito.

Ahora si, me encuentro sentada dentro de la bañera. El agua cae. Mis lágrimas se mezclan con el agua. Tomo el bisturí en mi mano derecha, sin pensarlo dos veces levanto mi camiseta y lo apoyo con fuerza sobre mi brazo contrario, hago un pequeño tajo y comienzo a llorar con más fuerzas, siento mi interior gritar pero por fuera no hago ni un minúsculo sonido. Sigo cortando mi muñeca pero esta vez lo hago verticalmente, siento el ruido de la puerta y en menos de dos segundos me veo envuelta en los brazos de Harry, está empapado, abrazándome con fuerza, me rindo en sus brazos y comienzo a llorar sin ahogar los sollozos, grito, grito con todas mis fuerzas pero no consigo callar esas voces, sigo gritando. Harry no me calla, deja que lo haga. Grito aún más fuerte, necesito que todo en mi interior se libere pero sigo sin conseguirlo. Estoy amarrada, cadenas y más cadenas es todo lo que veo. No tienen ni una sola grieta. Mi cuerpo pierde fuerzas, estoy débil, la herida no es grave, es sólo una más. Harry me levanta y sigo llorando pero esta vez no de la misma manera. Soy prisionera de mi mente, esas voces son mi perdición.

Harry duerme a mi lado, veo mi muñeca izquierda y veo que el corte está tapado, llevo puesto el pijama de mi padre, mis ojos están hinchados y mi garganta duele. Recuerdo todo lo sucedido y mi cuerpo me pide estar en cama. No quiero levantarme, no quiero que el brazo de Harry deje de envolverme. Quiero que esta escena sea infinita.

Dicen que las personas que van al infierno quedan atrapados en una secuencia eterna de sus miedos. Termina y vuelve a empezar. Quizás este es mi infierno. Lo vivo una y otra vez, termina y comienza, no tiene fin, no tiene punto suspensivos si quiera.

Harry duerme como un niño pequeño. Tiene intacta esa inocencia, no la ha perdido.
-Ya, despierta.- le digo tocando su cabello, es tan suave y lacio. Abre sus ojos y me mira con temor, sus ojos ya no son tiernos, son oscuros. ¿Cuál es el problema? Quizás él no tenga suficientes lluvias para entender mi tormenta.

Muerte De Mi InocenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora