Muerte De Mi Inocencia

Nada importa

NARRA HARRY

Llego a casa y está Hanna con sus "amigos" como es de esperarse.
-¿De dónde vienes, marica?- dice ella tratando de ofenderme. -¿Vienes de ver a tu novia muerta?- me acerco inmediatamente y la tomo de los brazos con fuerza.
-¿Qué te piensas que por estar drogada vas a decir lo que se te ocurra? Eres un asco Hanna, ve y sigue arruinandole la vida a los demás que en algún momento todo volverá, yo te lo prometo, te volverá, Hanna. Tus miedos no te dejarán vivir en paz.- ella me mira y comienza a reírse, me da tanto asco. Lo único que sabe hacer es aspirar cocaína y acostarse con hombres igual que lo hacía nuestra madre.

Siempre entendí como se sentía Ty, sólo quiero estar con ella, quiero volver a verla, bailar, cantar y sentir que mi alma brilla a su lado. Era mis ganas de sentir, mis ganas de volar. Tanta gente y me tocó coincidir con esta niña, su historia se cruzó con la mía, rompió todos los esquemas de mi corazón, aquí estoy, enamorado de alguien que ya no está. Sintiendo que ya no puedo vivir, pero sigo. Sigo por ella.

Toda mi vida me dediqué a tener relaciones con mujeres y luego dejarlas. Todas las mujeres me recordaban a mi madre, hasta que llegó Ty. Me enamoré pensando que sólo era un juego. Me enamoré perdidamente y trataba de negarlo, Ty murió por mi culpa, yo fui la gota que llenó el vaso, siento culpa, miseria.

-¿Para que respirar si ya no volverás?, ¿ahora que haré con este dolor que no quiere alejarse de mi interior? dímelo por favor dime ¿qué haré sin tu amor? Dime, Tyra- grité una y otra vez, necesitaba llorar pero las lagrimas no salían, estaban atadas a mí, a mi armadura, a mis ganas de ser fuerte. -¿Por qué lo hiciste?¿por qué me tocó conocerte? Estaba bien sin ti, estuve aún mejor contigo pero no fue real. Te extraño, Tyra. Han pasado dos semanas y ya no soporto esta agonía, regresa pequeña- Gritaba a la nada pero sentía que mi cuerpo liberaba.

Otra vez borracho, cuatro semanas y el alcohol a reemplazado mi sangre, mis ojos rojos por fumar marihuana y mis ilusiones rotas por qué cada vez que aspiro cocaína la veo bailar pero todo eso se desvanece. Mi vida dio un giro inesperado, ya no me importa vivir, no me importan mis metas y mis sueños, ya nada importa. Salgo de la casa y comienzo a deambular por las calles del vecindario, son las 5 am y mis sentidos están casi muertos, no se lo que hago, me siento perdido por las sustancias que ingresaron a mi cuerpo. Entro en un callejón y Ty me espera al final de éste, me mira esperando que corra a ella y la abrace. A un costado están dos tipos, la miran como queriendo tenerla en sus brazos, me acerco a uno de ellos y veo como mi puño se estrella en su mandíbula, el otro me mira e inmediatamente saca algo de su bolsillo, el joven al que golpeé me amarra las manos detrás de mí espalda. Siento algo frío recorrer mi cuerpo, siento como la navaja lástima mis intestinos, como la sangre comienza a manchar toda mi ropa, caigo al suelo y mi vista comienza a nublarse. Los sujetos corren, huyen. Eso es lo que hacemos cuando sabemos  que algo está mal o eso creemos ¿no? correr, el ser humano es cobarde por naturaleza, cuando algo hacemos mal se nos encienden esas sirenas indicándonos que debemos huir, que debemos dejar nuestros problemas sin resolver y así los dejamos.

-Tyra- digo y ella me saluda con un beso tibio en los labios.