Ilusiones rotas

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Tomo a Harry de la barbilla y comienzo a jugar con sus labio.
-Yo no decido hacerlo, esas voces se apoderan de mi cuerpo y me obligan. Ellas sienten placer cuando el bisturí clava su punta en mi piel y comienza a deslizarse, ellas sienten mariposas en el estómago cuando lo hago. Es por propia satisfacción, sólo necesito un corte para ser feliz y una cicatriz para frustrarme al despertar. Libero tensiones, mi cuerpo siente lo mismo que siente mi alma o quizás al cortarme se alivian las tormentas que la perturban. No lo sé Harry. Sólo necesito a alguien que me haga saber que no necesito esto para sentirme libre por dos segundos.- él me mira con intriga, su mirada es penetrante como si quisiera conocer todo de mi y entrar en mi mente a liberarla, lo está consiguiendo. Por cierto, no me importó que Harry sea hermano de Hanna, yo la perdone y más ahora que se un poco de lo que vivió. ¿Quién soy yo para juzgarla? Yo me libero de una forma y ella de otra, yo me hago mal a mi misma y ella al resto del mundo, a ella la dañaron a mi igual, somos almas muy parecidas después de todo, sólo que tenemos diferentes formas de ver la vida.

¿Cómo dudar de sus sonrisas? ¿cómo pasar por alto esos ojos? ¿cómo ignorar ese tono de piel y su cabello? Es el ser más perfecto que nunca imaginé que estarías aquí a mi lado, irradia hermosura por donde se lo mire y le sobra bondad. Pasaron ya 2 meses, Harry y yo somos pareja.

-Ya estas lista para nuestro desayuno a las 8 de la noche, enana?- Sonrío por sus ocurrencias y le respondo
-siempre lista.- Me mira de pie a cabeza y su mirada es fuego puro, llevo mi vestido playero preferido y debajo mi traje de baño, mis Vans rosas, mi cabello esta peinado con dos trenzas comenzadas desde el cuero cabelludo. -Ya deja de mirarme así, Harry- vuelve a la realidad y ríe.
-Vamos ya, hermosa- estoy completamente enamorada. Una vez en la playa Harry sacó una frasada de su bolso lo tiró sobre la arena se acercó a mí y me empujó. Caí con fuerza sobre la frasada pero no me lastimé, debajo hay arena nomás.
Volví a reír como hace tiempo no lo hacía, mis ojos volvieron a brillar y esas voces se apagaron. Mi amor por Harry crecía, era poco creíble lo que estaba ocurriendo. Harry me decía siempre que para querer a alguien tenemos que empezar por querernos a nosotros mismos, y aquí estoy, tratando de rearmar esa confianza, dejándome amar como nunca lo hice con nadie.

Son las 5:48 am, el alba comienza a caer sobre nuestros cuerpos que se aman al compás de la vida, que se mueven al ritmo del viento. Nuestras manos acariciando nuestros cuerpos y el cabello enmarañado son señales puras de que el fuego nos rodea, nuestros labios tibios, aprendiendo a amar con los ojos cerrados, aprendiendo a amar con la imaginación, confiando en el otro, sabiendo a ciegas que a su lado todo estaría bien, nada podría ir mal en ese momento. Nuestras almas se amaban con pasión, no había un solo rincón de nuestros cuerpos que no haya sido besado por el otro, el mundo giraba a nuestro alrededor y nosotros aquí. Beso va, beso viene, desearía que este momento sea eterno. Somos almas complementarias, lo que le falta a uno lo tiene el otro, sólo necesitamos más tiempo, tiempo eterno, el tiempo que la vida nos da no es suficiente para agotar cada gota de amor.

-Ya conseguí lo que quería, hasta nunca, Tyra Montgomery- dijo él dejándome atrás.

Muerte De Mi InocenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora