Rise

6.- Al cine.

Me puse un vestido negro que me llegaba a la mitad del muslo y tenía mangas cortas, unas vans color vino. Mi pelo lo dejé suelto y por primera vez desde que salí de la clínica me maquillé, siempre iba al natural, pero ahora quería verme "bien".

Aunque únicamente encrespé mis pestañas y me delinee.

Me puse mis lentes de sol de marcos negros gruesos y redondos, tomé mi pase y todo guardándolo en mi mochila gris de género.

Fui hasta la casa del Edgar caminando, toqué el timbre y él salió con una mano en el bolsillo de su polerón. Le di una sonrisa amplía y fui a besar su mejilla.

-¿Cómo estay para ver los juegos del hambre?- me preguntó con falso entusiasmo.

-Lo vamos a pasar bien weon- lo animé comenzando a caminar.

(...)

-La función es dentro de 1 hora, ¿Qué hacemos?- preguntó el Naiko y yo arreglé mi pelo.

-A comprar comida- sugerí yo.

-¿Queri comprar las cabritas ahora?- me preguntó el Jaime alzando una ceja.

-¿Nombré algo de cabritas?, aquí la comida es muy cara, vamos al super.

-La wea pobre weon- dijo el Nico riendo.

-No voy a gastar 3 lucas en una wea de cabritas, prefiero gastar 3 lucas en chocolates, bebida y papas fritas- dije cruzándome de brazos.

-Es inteligente esta weona- reconoció el Jaime- yo te apaño.

Sonreí satisfecha y caminamos al supermercado. Compramos mucha comida, demasiada para mi gusto, pero igual éramos hartos weones y agregando, yo por lo menos comía mucho.

-Nos podemos comprar esta botella de agua de 1 litro y unos vasos plásticos- sugirió el Nico.

-No seai cagao y cómprate una wea decente, por favor- dijo el Edgar enojado, yo sonreí en silencio mientras sacaba una botella de bebida, una botella individual.

-Pero sale más barato.

-Pero es lo más cagao del mundo, sé ahorrador, no miserable- le dijo el Jaime frunciendo sus cejas. Él me miró y levantó su lata de sprite en mi dirección- te vuelvo a decir, eri inteligente weona.

-Hacer esta wea es un clásico- dije y me acerqué un poco más a ellos- voy a pagar, ¿Están listos?

-Sí- dijo el Naiko mostrando sus cosas.

Pagamos y nos quedamos en una banca guardando la comida en las dos mochilas que había, la mía y la del Nico. Entramos pasando piola, caminamos tranquilos a la sala y nos sentamos en los últimos puestos, alejados de todo el mundo.

Me senté entre el Edgar y el Nico. El negro y yo sacamos la comida y la hicimos correr. Comenzaron los tráiler de los próximos estrenos. Abrí mi tarro de papas fritas y el Edgar comenzó a robar, no le dije nada y lo dejé.

Al rato comenzó la película que había elegido el Nico...

No era una película mala, de hecho era entretenida, bastante entretenida.

De mi puesto escuchaba al Jaime criticar la película, con que era mala, que era muy adolescente y otras weas.

A mí en lo personal me estaba gustando. Me acerqué al oído del Nico y él se acercó también.

-A mí me gustó tu película- le confesé y él sonrió

-Al menos a alguien le gustó.

Solté una risa y seguí viendo la película, el Edgar se acercó a mí y yo lo miré confundida.