Culpable

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Era viernes y todos hablaban sobre disfraces, el rompimiento de Alexánder y claro, de Haru.

—La tarea para el lunes es un reporte... -decía la profesora mientras todos nos quejábamos. La puerta del salón sonó en unos golpecitos, la profesora abré y es un alumno de otro salón-
—disculpe, el director quiere ver a Haru Nanase ahora -todos susurraron y miraban al Japonés quién me miraba confundido-
—claro... Haru, toma tus cosas y ve a la dirección -el asiático salió del salón, Alexánder sonreía maliciosamente mientras me miraba, trague en seco y me preocupe-.

Al dar el timbre salí casí corriendo, no veía a Haru por ningún lado. En la oficina del director se alcanzaba a ver por una gran ventana al asiático sentado de espaldas, el director con los brazos cruzados y al profesor de deportes a un lado de Haruka.
El director quitó sus gafas frustrado, se quedó pensante y después habló, el profesor agarró el hombro del asiático e intercambio palabras con él, después de un momento Haru se pone de pie y sale.

—¡Haru! -caminé hacia él- ¿que pasó?
—ven conmigo -me agarró de la mano, me sonroje pero al ver su rostro preocupado, frustrado, se me olvidó su suave tacto-
—¿que hacemos aquí? -pregunté al llegar al salón de eventos, el asiático abrió la puerta, no pude creer lo que veía. Todo estaba destruido. Las arañas de plastico partidas en dos, los blancos y manteles manchados de pintura roja, los murciélagos falsos tirados, igual que las extensiones de luces. Estaba tan sorprendida que no sabía que decir- ¿quien... quién fué?
—yo -lo miré confundida, sonrió sarcástico-
—ese maldito -apreté los puños-
—encontraron uno de estos aquí -señalo a su boca para referirse al cubre boca que usaba antes- y el único que los usa soy yo... Las cámaras aquí estan en mantenimiento, y unos chicos estuvieron de "testigo", que salí riendo de aquí... Me ofrecí para arreglarlo para qie no me suspendieran
—¡pero la fiesta es mañana!
—pues comenzaré ya -tiró su mochila-
—yo te ayudaré
—no, ve a casa
—¡no! -insistí, él sonrió-.

Yo barría mientras él recuperaba algunos adornos. Algunas chicas se acercaron y comenzaron a ayudar. Haru les decía que hacer, unas lo hacían muy bien para impresionar, otras solo lo miraban y suspiraban, y otras trataban de hablar con él. Con la ayuda fue mas rápido, cada una comenzó a irse entre más pasaban las horas, a las 7 de la tarde, terminamos. Llenos de pintura roja y sudados veíamos nuestra obra maestra. Quedó mejor que el original. El director llegó y nos felicitó. Después Haru me invitó a comer a su hotel, preparó algún guiso Japonés muy rico y reíamos mientras disfrutábamos la comida.

—Aún no sé de que me disfrazare
—de gato -insistió-
—¡no!
—¡si!
—no tengo orejas
—bueno, ayer vi algo que tal vez te puede ayudar a ese problema -se levantó, agarró una caja rosa, algo grande y me la dio- abrela -la abrí, eran unas orejas blancas de gatito, una esponjosa cola blanca y un collar tipo mascota, rosa pastel con un dije de corazón, al parecer Haru y yo íbamos a ir como pareja, nunca me había emocionado por un evento del colegio.

El Chico AsiáticoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora