capítulo 11: Padre

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POV Damian

A veces hablo demasiado y digamos que el carácter del reino del caos se pega con facilidad, me dolió la cachetada de Tristan y no por el golpe en si, sino por lo que significaba, pase la linea de su paciencia y de verdad que en su lugar no me hubiera contentado con una simple cachetada, pero como dicen una imagen vale más que mil palabras Pero a veces dos o tres palabras bastan más que mil imágenes.
Sabia con claridad que a Tristán le dolía pero no era tiempo de echarse atrás tenía que salvar a Diana, cuidarla y protegerla como ella me protegió en otras palabras volver a reunir a mi familia.

Salí de mi habitación, ya hacia una semana que me había infiltrado en las filas de Nicolás. salí camino a el patio de entrenamientos, era como tener que volver a ser alguien. Básicamente en estos lugares al fuerte se lo respeta y al débil se lo humilla, más allá de mi gran presentación aquí era "el débil" o así me habían dejando en claro que me veían. "Ilusos" la única palabra para describirlos. Estaba claro que en algun momento había sido débil pero bien me gane mi puesto en el reino del caos y allí no sería distinto. Fui entrenado por la misma Diana y su hermano si algo aprendí es a defenderme y no sólo con la espada.
Estaba en la arena fingiendo que no era tan bueno hasta que Diana apareció y se sentó en un banco para observar el entrenamiento, yo sonreí encaminandome hasta ella, dejando a mi oponente y a un par más perplejo por mis acciones.
-Mi Lady- llame, ella sonrió pasando su mirada escaneando cada centímetro de mi cuerpo- ¿Qué tal si jugamos?- inquirí con diversión.
-No puedo- respondió algo cabizbaja, a lo que yo reí.
-¿Qué tal si tu eliges alguien y me das un tiempo en ese tiempo debo acabar con él? ¿Te gusta la idea?- ella asintió con algo de diversión, señalando a un hombre de unos 30 años rubio de piel palida y ojos avellana, su rostro estaba decorado con una sonrisa arrogante.
-Es el segundo al mando o tercero no lo recuerdo, pero es de los más fuertes de las filas de mi señor- explicó ella luego levantó dos dedos indicando el tiempo.
-Eres mala- le dije con una pizca de humor a pesar del tono serio. Ella me miro sin comprender- no me deja jugar mi Lady eso nunca es bueno- le advertí.
-Debería pelear sin contenerte- me explico- deseo ver como peleas realmente.
-¿Y crees que él es una opción para eso?- ella se encogió de hombros- no lo es, pero creo que tal vez le divierta que los deje plasmados a estos...- dije dirigiéndome al rubio cuando estaba a su lado lo llame- ehu tu el rubio de sonrisa arrogante- este me miro mal cuando se volteo a verme.
-Oye novato, deberías saber quien soy antes de hablarme de esa manera- amenazó con irritación.
-Qué suerte que no quiero hablar contigo o bueno si pero no con palabras... lucha conmigo- pedí divertido.
-No peleo con niños- dijo tratando de irse pero lo tome por el brazo sin mirarlo.
-No peleas con alguien que sabes que te va a superar- le afirme- además no querrás que Diana se moleste.
-En primer lugar, tu no me llegas ni a los talones y en segundo esa es solo un juguete del jefe- dijo con cierto asco y yo me tuve que contener de no romperle el brazo con mi agarré.
-Hasta donde yo se al jefe le gusta la opinión de "esa"- dije imitando su tono de voz.
-Muy bien sanguijuela tendrás lo que quieres- dijo harto solté su brazo mientras sonreía. Ambos nos colocamos en el centro del patio bajo la mirada atenta de todos con las espadas listas-¿quieres decir algo antes de que no te quede hueso sano?- yo reí ante su exceso de confianza pero asentí.
-Alguien puede cronometrar y me avisa al minuto y medio- pedí. Un hombre alto de cabello negro y ojos verdes con la piel palida como todos. Dio un paso al frente con el cronómetro en la mano.
-¿Quieres ver si llegas a ese tiempo?-Inquirió con burla.
-Sólo tengo una mujer que complacer, cuando digas- hable.
-Ya- ordenó el pelinegro, el rubio arrogante atacó a una gran velocidad causandome varias heridas.... a quien engaño este si se lanzó hasta mi tratando de acertar varios golpes pero todos eran detenidos por mi espada que llevaba en una mano. A los pocos segundos ya me había aburrido y ahogue un bostezo que puso al rubio de mal humor- Me pasé ya va un minuto cuarenta- aviso el pelinegro.
-Bien ahora es mi turno de atacar- dije divertido, esquive un par más de sus ataques le hice un corte en su costado y le di un golpe que lo desestabilizo lo que me dejó dar un salto quedando a su espalda donde le di un golpe en la cabeza con el pomo de la espada que lo dejó inconciente. Todos se quedaron perplejos hasta que un par de aplausos secos comenzaron a escuchar.
-Eso fue espectacular- sentenció una voz grave detrás de mi, me volteo y todos los que estaban en círculo le abrieron paso a un hombre de 50 y largos con el pelo blanco y una barba casi como la de santa claus pero negra con manchas blancas. Los ojos de un profundo negro que expresaban sabiduría y respeto pero también diversión. La piel obviamente era blanca. Vestía un traje de los modernos hecho a medida todo negro ecepto la corbata que era roja.
-Disculpe mi descortesía pero ¿Usted es?- inquirí con calma.
-Tienes razón no me eh presentado yo soy el culpable de la creación de los reinos oscuros- dijo con una sonrisa- soy el padre de Nicolas... mi nombre es Jacobs Holfma- Me quede paralizado cuando lo vi, oí un par de cosas de él, y no se si todas eran Buenas, era una buena persona que cometió un par de errores. Aunque claro eso yo lo sabia por Tristan en ninguno de los reinos de la luz se habla de él-¿Qué te tiene tan sorprendida?- inquirió con diversión este.
-Nada en particular- dije recuperando la compostura.
-Entonces porque no vamos a dar un paseo para hablar- invito este a lo que yo asentí y comencé a seguirlo no sin antes dar una mirada a Diana que tenia una gran sonrisa de satisfacción mientras hablaba con Nicolas.

Él camino hasta llegar al jardín delantero y se sentó en un banco yo me lo quede mirando varios segundos hasta que el palmeo el lugar a su lado.
-Vamos siéntate- me ordenó con prisa así que obedecí- creo que estas muy lejos de casa Damian.
-Mi nombre no es.....- trate de decir pero me interrumpió.
-No le mientras a un anciano eso no es cortez- yo Suspire cansado, por la incómoda situación en la que estaba.
-Yo creo que estoy donde tengo que estar- afirme con un poco más de compostura.
-Eso no lo puedo negar- dijo con una sonrisa- Pero ten cuidado, este no es el reino del caos ni los reinos oscuro... además de que estas verdaderamente sólo aquí- recordó.
-Gracias eso es muy alentador- dije con ironía.
-Que el niño siga cantando a la luna para recordarle a la niña de llamar al sol que todos anelan ver- dijo con una sonría mientras yo me quedaba completamente perplejo.
-¿Cómo sabes eso?- inquirí.
-Damian yo se Muchas cosas...- y diciendo eso desapareció dejandome muy pero muy confundido.

Los guardianes elementales 2:  la Nueva Esclava Donde viven las historias. Descúbrelo ahora