Masacre

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Ya escribí sobre las mariposas carnívoras. Pero nada se puede comparar con lo de anoche.
Soldados, máquinas, gente siendo mutilada, gente muriendo desangrada frente a mi...
Mi familia estaba allí... Joder...
Se me hiela la espalda de tal solo ver a mi pequeña hermana... De apenas 8 años... Como le cortaban su pequeño cuello y le arrancaban su columna mientras dos máquinas la agarraban de brazos y piernas, cada una a un lado... Sacando sus extremidades mientras llegaba una mariposa a comer sus ojos verdes...

Tengo miedo. Tan solo veo esa imagen de mi hermanita, y empiezo a vomitar sangre. Solo sangre.

Mi padre aparecía en el sueño... Le abrían el torso para que las mariposas se comiesen sus entrañas.
A mi madre la tenían encadenada, mientras de a poco le enterraban dagas en sus extremidades y su cuello. Nuevamente las mariposas comían algo de ella...

Mi abuelo... Corría junto a mi para poder salvarnos. Me dijo que solo los "portadores" nos salvaríamos, que el resto eran impuros, gente que nunca debió nacer. En ese momento lo enfrenté, le di un golpe seco en su boca con ira, estaba ofendiendo a mi familia, eso no lo permitiría jamás. ¡JAMÁS!...

Ese color... Como azul metálico, hermoso, pero perturbador viniendo de aquellas mariposas... Veía como resplandecía mientras comían lo que tenían a su alrededor.
No lo había notado, pero el cielo era completamente negro. No me explico como había luz en ese lugar.

Después de enfrentar a mi abuelo, corrí a sacar algunas de esas putas mariposas de mi familia.
Corría sobre algo viscoso, cosas blandas, otras duras a ratos...
En un momento sentí todo desnivelado, pisé justo en un charco rodeado de lo que creía que eran ramas y me fui de bruces al suelo.
Al levantar la cabeza miré hacia el horizonte... Me pasé la mano por la cara y sentí un terror infinito que me recorría por todo el cuerpo.

Era sangre.
Corría por sangre, sobre cuerpos de todos los tamaños, varios mutilados y en gran parte... Con mariposas que se comían sus restos.

Fijé mi vista en un horizonte que sabía que no existía...
Pero no esperaba ver a la mariposa que tenía mayor tamaño. Solo la vi una vez, no quiero volver a verla...

Sus alas enormes, del mismo azul metálico se abrían frente a mi, dejando al descubierto una forma que no era la de una mariposa. Ocho líneas delgadas se abalanzaban contra mi para matarme.
Sentí mariposas en mi espalda. Pinchaban como alfileres...
Al salir impulsado, caía de espalda al suelo y pude ver un agujero diminuto, brillante. De ahí venía esa luz... Luz que me dejaba ver el infierno en el que estaba.

La mariposa me arrastró hasta un precipicio. Traté de levantarme pero mi pecho quedó en el suelo. Pude ver una especie de cordillera... Humana... Sangre y restos humanos la conformaban...

Al despertar me alegré de estar vivo. Pero mi temor era mayor...

Diario de viajes espacio-temporalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora