Poco se sabe de esta criatura, sin embargo, existen creencias de que la verdadera hada de los dientes no era nada parecida a lo que has visto en televisión o historietas.
Escritos de la época victoriana, revelan que una extraña criatura amenazaba los pueblos de España por 1839. Por las noches, la extraña entidad se metía por la ventana del cuarto de la azotea, sin previo aviso se arrastraba hasta la mandíbula de las personas y acto seguido empezaba a devorar los dientes de éstas con una destreza tan impresionante que conseguía hacer tan sangrientos actos antes de que las personas despertaran.
Algunas veces el monstruo, al ver lo difícil que era devorar el área dental, les arrancaba los dientes de una forma más dolorosa pero eficiente; metía su cola hasta la garganta y con ayuda de sus espinas salientes jalaba con fuerza hacia afuera, ocasionando que la boca quedará destrozada y un charco de sangre cubriera el acto. Es curioso, pero después de tan semejante movimiento muchos dirían que cualquiera despertaría del dolor... Sin embargo, los escritos dicen que la criatura desplegaba un aroma corporal tan peculiar que las personas quedaban en estado de sueño profundo, casi entrando en parálisis... en coma.
Una vez que el monstruo quedaba satisfecho, como forma de "agradecimiento", dejaba dos monedas de plata con la figura de la cruz incrustada. Esta seña no queda del todo claro, algunas personas creen que deja las monedas para que puedas pagarle al banquero, ya que con las heridas morirías de desangramiento.
Como hablamos de una época antigua y las cámaras aún no operaban al máximo, es imposible conseguir una evidencia clara del pequeño ser. Sin embargo, una leyenda habla de un joven de nombre Nahim Pérez que, sin previo aviso, logró despertar en pleno acto de sangre, consiguiendo ver a la criatura, y éste lo describe como una rata gigante de aspecto antropomórfico y repulsivo de mandíbula ancha y sin labios, colmillos de navajas, sin pelo que, de hecho, describe con incontables arrugas que excretaban sangre, cuatro especies de tenazas en las patas y una cola larga con picos negros.
La leyenda habla de unas cartas que se encontraba bajo los tablones del piso en la habitación del chico, y que describían estos y más detalles. Sin embargo, no se sabe más del chico y el asunto, ya que varios escritos desaparecieron después de un conveniente incendio en el edificio donde se encontraban las cartas, por lo que, parte de la descripción desapareció.
La mayoría de las cartas no eran más que una descripción de la criatura y los ojos grandes y luminosos con los que la criatura veía al niño...
Una parte de los escritos decía:
– Y bajo la luna llena, dos esferas de fuego marchitas me veían entre las pesadas sábanas de oscuridad en mi habitación. Esperando al otro lado de la cama, un sediento hocico me olía y sabía que en cualquier momento mi llanto saldría, sólo para revelar un insoportable dolor craneal. No olvidaré aquellos ojos verdes que me veían con deseo.-
Los escritos los encerró el Vaticano junto con dichas cartas y desde entonces nadie los ha vuelto a ver, sólo corren rumores e historias de una "posible copia" hecha por los sacerdotes, de los bocetos que el joven trazó de la abominable criatura entre otros detalles.
Por otro lado, quizá el señor Luis Coloma se basó en estos antiguos escritos y rumores para escribirle aquel cuento para dormir al futuro rey Alfonso Xlll en 1894.
No sé... creo que el señor Coloma sabía lo que estaba pasando y la relación que tenían los rollos y su recreación... El Ratón Pérez...
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No Puedo Dormir...
УжасыHistorias cortas de terror para ayudarte a pasar una agradable noche