Biblioteca

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He ido a un par de ensayos más de la banda, después de clases o en fin de semana, sin necesidad de que Demonio estuviese ahí, eso me hace pensar un poco en lo que dijo Rosa y ¿si en verdad Castiel me quiere ahí? ¿Qué razón tendría? ¿Por qué quiere que esté presente?, no tengo la menor idea de lo que pasa por su cabeza, pero la mía últimamente está hecha un lio. Cuando esta cerca me siento nerviosa y cuando está lejos no puedo parar de pensar en el, por lo cual las clases han sido bastante difíciles, me resulta imposible concentrarme. La semana próxima es semana de exámenes, y en mi situación debo estudiar el doble por mi falta de interés en las clases. Pero me resulta imposible comprender todo esto que tengo enfrente. Iris amablemente me ha prestado sus anotaciones de clase para que yo las transcriba, y eso hago pero ni el silencio de la biblioteca me permite comprender nada de lo que escribo o leo, estoy tan perdida.

- Te ves algo contrariada, ¿necesitas ayuda?- Frente a mi está de pie Nathaniel, con un par de libros en los brazos. Me observa de manera curiosa y algo compasiva. ¿tanto se nota que no comprendo nada?

- Las matemáticas no son lo mío- me recuesto sobre la mesa rendida – Soy un desastre- Nathaniel deja los libros que cargaba sobre la mesa y se sienta en la silla a mi lado.

- Veamos- me incorporo de nuevo en mi asiento y le entrego mi cuaderno - ¿Qué es lo que no logras entender?- Suspiro lamentándome. Nathaniel parece comprender, simplemente revisa las anotaciones y comienza a explicarme los procedimientos.

He escuchado atenta todas sus explicaciones y mis dudas se han resuelto por fin; debo admitir que es un excelente tutor, agradezco que el profesor de la última clase haya faltado y que Nathaniel estuviese en la biblioteca justo en el mismo momento que yo. Mi móvil vibra sobre la mesa lo cual me distrae por un segundo, mi acompañante me indica que lo revise, le sonrió mientras tomo el móvil y lo reviso, un mensaje de Castiel, siento una corriente eléctrica recorrerme, aun faltan unos 30 minutos para que salga de clase, seguro esta aburridísimo.

Cass: "ubicación?"

Instintivamente le sonrió algo extrañada a la pantalla, ¿Por qué quiere saber dónde estoy?

Su: "Biblioteca"

Dejo el móvil de nuevo en la mesa y mi clase particular continua. En el tiempo que llevo en este instituto y después de todo lo que ha sucedido entre Amber y yo, no me imagine que algún día su hermano me ayudaría a estudiar, es un tanto extraño pero reconfortante, me demuestra que podemos llegar a ser amigos a pesar que ella y yo no nos soportemos.

- ¿Nathaniel?- Se escucha la voz de una chica casi en un susurro. Ambos alzamos la mirada al mismo tiempo. Frente a nosotros se encuentra una chica de cabello castaño y ojos azul claro, con el entrecejo fruncido y una expresión entre duda y pena.

- Oh, Melody, lo lamento tanto- Nathaniel se levanta de su asiento, toma los libros que antes había dejado sobre la mesa y se los entrega. –Te veo en la sala de delegados ¿está bien?- Ella lo observa un poco contrariada, dirige su mirada a mí, le dedico una sonrisa que pretendo sea simpática pero no recibo una de regreso. Parece que me examinara con una mirada que parece que quiere asesinarme. ¿Terminare siendo la más odiada del curso?

- Si Nath, como tú digas- Le sonríe dulcemente y se va, Nathaniel vuelve a sentarse.

- ¿En que estábamos?- Una mochila cae sobre la mesa frente a nosotros con un sonoro ruido que nos sorprende. Castiel toma asiento en la silla frente a mí, cruza los brazos sobre su pecho, su expresión es dura y su mirada fría, luce bastante molesto.

- En la biblioteca no se debe hacer ruido, por si no lo sabías- Nathaniel le dedica una mirada bastante desagradable acompañada de una sonrisa completamente falsa. – Pero claro si tu nunca vienes por aquí, como ibas a saberlo- Se golpea ligeramente en la frente como reprendiéndose. – ¡Que tonto!- una sonrisa burlona se dibuja en su rostro. No imaginaba una faceta así en el.

- Yo en tu lugar me guardaría mis comentarios delegadete.- La tensión es tanta que casi se puede palpar. Paso la mirada de uno al otro esperando pelea, pero todo se queda en miradas amenazantes.

- Me retiro- Nathaniel se pone en pie. – Te veré después Sucrette, si necesitas alguna otra explicación no dudes en pedir mi ayuda-

- Si- Mi voz tiembla – Gracias por lo de hoy fuiste de gran ayuda- Le dedico una sonrisa nerviosa.

- Si me permites un consejo- Hace una pausa para mirar a Castiel. – Deberías seleccionar mejor a tus amistades- Inmediatamente poso mi atención en el chico frente a mí. Sus ojos son dos gemas negras resplandecientes de furia.

- Nadie ha pedido tu opinión- El rubio decide ignorarle y simplemente se va. Suspiro aliviada por qué no comenzaran una pelea, no sabría como controlar una situación así.

- ¿Qué hacia ese idiota aquí?- En su voz alcanza a distinguirse aun la molestia. Me hundo en mi asiento sintiéndome la persona más pequeñita de la tierra.

- Me ayudaba a estudiar- Me sorprendo a mi misma por el hilo de voz que sale de mi. Me resulta incomodo verle así de molesto sin comprender muy bien la razón. Su expresión se suaviza de a poco mientras su postura se relaja.

- No habrá ensayo hoy, así que... ¿te gustaría ir a algún otro lugar?- Mis ojos se abren tanto que he de parecer uno de esos animales de peluche con ojos tristes. ¿Cómo en una cita? Seré tonta, no sería como en una cita seguro Lys y Rosa vendrían también.

- Me gustaría pero debo estudiar- Hago una mueca de inconformidad, me observa como buscando que decir. Toma su mochila y mi corazón se estruja dentro de mi pecho, se irá es obvio.

- Solo no te tardes, quieres- Se recuesta sobre la mesa con la mochila como almohada. Me esperara, eso sí que no lo veía venir.

- Si- Desde su posición sobre la mesa sonríe mientras cierra los ojos. Me pongo manos a la obra y continúo con mis notas.

Después de 30 minutos decido que es suficiente por un día, así que me dispongo a guardar mis cosas. Dirijo la mirada donde Castiel. No me lo creo, se ha dormido, despide un aura de tranquilidad y paz que no tiene nada que lo relacione con la furia que estaba hecho unos minutos atrás. Una idea un poco atrevida pasa por mi mente. Busco dentro de mi mochila y justo en el fondo encuentro las pequeñas ligas para el cabello que guardo para emergencias. Tomo a toda prisa cuadernos y libros que he utilizado para estudiar, los pongo dentro de la mochila y me la coloco en ambos hombros. Me acerco lenta y silenciosamente a Castiel, con todo cuidado tomo un pequeño mechón de su cabello, lo sujeto con una pequeña liga y espero a que no despierte. Puedo escuchar su tranquila respiración, sigue dormido, tomo otro mechón y repito el proceso, uno más, otro más, otro, solo uno más, este será el último. No sé cómo se lo tomara cuando despierte pero ha valido la pena, tomo el móvil y hago una foto, se ve de lo mas mono.

- Castiel- Toco su hombro y lo muevo un poco para que se despierte. Un ligero quejido me indica que está regresando. – Castiel, he terminado, ¿nos vamos?- Comienza a moverse en su asiento lentamente. Emprendo la huida en dirección a la puerta de la biblioteca muy lentamente. Cuando estoy un poco más cerca de ella giro, Castiel se levanta de la silla, estira el cuerpo y como me lo esperaba pasa una mano por su cabello.

- ¿Pero qué?- No puedo evitar soltar una risita. Se gira con brusquedad, me mira con los ojos entre cerrados y el entrecejo fruncido, no puedo dejar de reír. Doy un beso a la palma de mi mano y lo lanzo a su dirección guiñándole un ojo antes de salir corriendo en dirección al pasillo. – PEQUEÑA SABANDIJA!!- Le escucho gritar y vuelvo a reír. Me detengo un segundo para comprobar que me persigue y que está muy cerca mío. Corro lo más rápido que puedo, pero escapar es imposible. Me alcanza y rodea la cintura con los brazos levantándome en el aire, lo que me hace reír más y más fuerte.

- ¿Disculpen?- Mis carcajadas cesan, mis pies tocan de nuevo la seguridad del suelo. Frente a nosotros esta un chico de lo más peculiar, su cabello es azul y sus ojos color rosa, lleva unos cascos colgando del cuello y ropa de lo mas colorida.

- En verdad siento mucho interrumpir su momento romántico, pero ¿podrían decirme donde está la oficina de la directora?-

Mis sentimientos por tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora