Capítulo XI

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18 de enero de 2019

Hello~

Les confieso que este fanfic es mi bebé en cuanto a historias de Kpop, así que, aunque pase mucho, siempre estará en mi memoria... 

Para aclarar, este fic  ya se encuentra publicado y finalizado en amor Yaoi, pero está sin editar, así que pueden encontrar errores o mínimas diferencias  :)

Espero disfruten. 

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Capítulo XI


–Tengamos un hijo –susurró de repente, aún recostado sobre su cálido pecho.

–Ya tenemos tres –respondió él, acariciando tiernamente su mejilla.

–Lo sé, pero quiero un hijo humano, no con cuatro patas y pelo de más –tal frase provocó que el menor riera por la ocurrencia.

–Primero tendremos que casarnos, no tendré un hijo fuera del matrimonio –comentó siguiéndole el juego.

–Cásate conmigo –pidió entonces, mirando fijamente esos hermosos ojos felinos que tanto amaba–. Mañana mismo, a primera hora...

Su sonrisa burlona regresó. Pero el tono de su voz y la seguridad con la que le habló, le hicieron cesar. ¿Estaba hablando en serio?

–Fin del juego, vamos a dormir –le obligó a levantarse de su pecho desnudo, para acomodarse ahora sobre él.

–No bromeo –lo abrazó–. Casarnos, vivir juntos, tener hijos... Todo contigo Kibum –susurró besando tiernamente su cabeza.

–Jong, sabes que...

–Te amo –siguió hablando, ignorándolo–. Y he soportado llevar esto en silencio como tú has querido, pero tengo un límite, y si quiero obtener todo lo que he soñado, llegará el momento en que no lo callaré más. Te amo Kibum –repitió–. Y ten por seguro que no me importa lo que los demás piensen acerca de que seamos homosexuales, de nuestra relación y de lo que queremos para nuestro futuro. No me importa, si sé que estás a mi lado para soportarlo juntos... No me importa nada si es contigo y por ti.

Una cálida sonrisa y un tierno beso, dieron por finalizada esa conversación. Key cerró sus ojos, esperando, hasta que la pausada y lenta respiración de JongHyun advirtieran que ya estaba dormido. Se acomodó de tal forma que pudo contemplarlo dormir durante varios minutos y sus ojos se volvieron acuosos. ¿En realidad JongHyun había dicho todo eso en serio? A juzgar por la seriedad con la que habló y la firmeza en sus palabras, estaba claro que no jugaba. Lo hubiera preferido mil veces.

–En nuestras vidas no existe esa libertad –susurró acariciando el apacible rostro de su pareja–. Nuestro amor siempre tendrá barreras.

Eso era lo que más le dolía y odiaba de su vida: no poder tener la libertad de hacer lo que quería, no poder amar como desearía hacerlo, no ser quien realmente era.

Un profundo suspiro dejó escapar de sus labios, antes de limpiar sus húmedos ojos y finalizar con un tierno beso en la mejilla del mayor. Saldría de la habitación e iría a la cocina por algo de beber, antes de regresar a la cama y dormir como más le gustaba. Rodeado por los cálidos brazos del hombre que amaba.

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