VISITANDO A MISTAC

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-Bien, no te resistas o te apretaremos aún más las esposas.-le amenazó el agente Suárez al matón a sueldo. Le había esposado las manos a la espalda y lo sujetaba con fuerza de los brazos.

-Gracias por venir tan rápido Rex.-le dijo Pepe. Rex era un tipo alto con un gran y frondoso bigote y barba de tres días. Llevaba su traje negro policial y sus ojos marrones miraban a los hipnotizados con curiosidad.

-Es mi trabajo, no me des las gracias. Llevadlo a la oficina.-le dijo entregando el matón a otros dos agentes.-lo interrogaremos y veremos que podemos sacar, pero lo más probable es que lo haya contratado otro matón que trabaja para el cabecilla.-le dijo Rex y Pepe asintió.

-No pasa nada. Te debo una.-le dijo Pepe dándole una palmada en la espalda,

-Dos con lo de las huellas.-le recordó sonriente y Pepe asintió.

-¡Rodolfo, vamos!-le gritaron desde el coche.

-Me tengo que ir, trata de no meterte en más problemas.-le dijo yéndose.

-Aquí, pidiéndole peras al olmo.-dijo Sadie divertida.-Por cierto, ¿qué piensas hacer ahora?

-Si eso, ¿cuál es el siguiente paso?-dijo Patricia mientras Raquel charlaba con Moriarty y Watson sobre lo mal que sabía el té del hotel.

-Pues una de dos, o vamos a la tienda de disfraces a preguntar por el tipo que los compro o podemos ir a intentar interrogar a Mistac.-dijo pensativo.-Aunque creo que lo de la tienda de disfraces puede llegar a ser un tanto inútil porque probablemente lo haya hecho un tercero creyendo que era para una fiesta de disfraces. Y Mistac... Necesito más información antes de hablar con él. Volvamos a la oficina a recabar más información.-reflexionó.

-Buena idea, necesito mi portátil.-dijo Sadie estirándose.

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Sadie calculaba que debían llevar dos horas en la oficina. Patricia había quedado con sus amigas y se había ido mientras que Raquel había vuelto a su tienda de magia, dejándola sola con Pepe en la oficina. Había encendido su pipa, se había preparado un café y se estaba leyendo unos comics que había traído de su casa dónde salía Nerissa. Ella mientras tanto había empezado a investigar a Mistac.

De vez en cuando miraba a Pepe, que cambiaba de una cosa a otra. Cuando no estaba leyendo un comic, leía el periódico. Luego bebía café y se ponía con su portátil o revisaba archivos de casos antiguos. Saltaba de una cosa a otra mientras murmuraba y bebía café. Debían de ser las once de la mañana cuando Pepe cogió sus notas y se puso la gabardina.

-Nos vamos, ya tengo lo que necesito.-dijo poniéndose el sombrero.

-¿Seguro? Por qué no pienso recorrer media ciudad a pie para luego volver.

-No te preocupes, creo que ya se puede ir en coche, si no iremos en metro que para algo esta.-la dijo apagando la pipa.-Venga, gánate el sueldo como una buena ayudante, ¿tienes la información que te pedí?-la dijo mientras Sadie se ponía el abrigo. Ella le mostró una gran carpeta sonriente.-Perfecto, iremos en metro, que se tarda más.-dijo cogiendo las llaves.-Veamos que has encontrado.

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-Parece que hace mucho que dejo de hacer trabajos sucios.-decía Pepe mientras leía en el metro. Había revisado varias veces los papeles que había impreso Sadie y con su pluma había subrayado y anotado en ellos mientras murmuraba.

-Desde hace cinco años, cuando tuvo un hijo, se puso serio y se hizo famoso como hipnotizador e ilusionista. Dice que tiene un juego de manos increíble.-le comentó.

-Esta información la has conseguido chateado con Raquel, ¿verdad?-dijo examinando las hojas.

-Solo lo referente a su habilidad y trapos sucios antes de la fama. El resto es mío.-dijo orgullosa y Pepe sacó la foto de una pequeña familia.-Esa es de Facebook. Es de él con su mujer y su hijo el verano pasado. Y esta es una de su hijo, ampliada como pediste.-dijo sacando la foto de un niño de cinco años castaño con el pelo a tazón. Pepe lo miró preocupado, con añoranza.-Patri estará bien, esta con sus amigas.-le reconfortó Sadie apoyándole una mano en el hombro.

El  Caso de los personajes perdidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora