Capítulo 9

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(Farah)

Aquella historia...

Recuerdo que cuando desperté ese día no me encontraba en aquel lugar, unas de las primeras personas que ví fueron Kyle y Alba.

Kyle, mi amigo, mi confidente, mi hermano, la persona que me traicionó.

Alba, mi confidente, mi amiga, mi madre, mi hermana, mi cómplice.

Desdé aquel día se me otorgó un destino y un fin que no me pertenecían, decidieron poner sobre mis hombros una carga llena de sangre y muerte. Mis manos están machadas de sangre de culpables y de inocentes, una asesina a sueldo, cobra venganzas que no son suyas, mata creyendo que la justicia y la venganza son iguales, una persona que pudo tener un futuro diferente lleno de luz, bondad y compasión, pudo ser...

Pero no fue, se me advirtió desde un principio, que no esperara lealtad de nadie más que de mis hermanos, se suponía que éramos eso, hermanos, todos compartíamos un destino violento.

Ellos fueron como mi familia y en este negocio no puedes esperar lealtad ni siquiera de ellos, pero ¿Acaso no es humano confiar primero en la familia?

Cometí ese error, huí arrastrando a Alba conmigo, ellos nos buscarán para matarnos.

No pueden correr el riesgo de que por las pistas los encuentren y capturen, a mí me buscan por esa razón y a Alba ahora la buscan por traición, no importa si juramos silencio o sí hacemos cualquier otra cosa.

La única forma de detener esto es...
matar a el traidor y a Dereck Villan, el único testigo de lo que sucedió aquella noche, el único que podría declarar en mi contra.

No lo haré por mí, no tendría sentido no siento apego hacia nada ni nadie excepto por Alba, mato sin dudar, hace mucho que perdí mi humanidad.
Pero Alba ella lo merece, porque a pesar de todo, ella posee algo que yo nunca podría dar.

El día después de encontrarme Alba renunció a todo y se hizo cargo de mí, luego decidió que trabajaría en informática para ayudar a evadir los sistemas de seguridad de las víctimas. Ella no volvió a eso.

De las dos, ella es la que merece vivir y la única por la que vale la pena sacrificarse o más bien suicidarse.

Alba deja las pocas cosas que tenía preparadas en la entrada, nos trajo a un pequeño apartamento.

- Parece que lo tenías listo - digo al ver el impecable lugar.

- Lo preparé pensando en que algún día desearías alejarte de esto, nunca creí que sería así.

- Aún tienes la oportunidad de volver, tal vez ellos...

- Farah - me interrumpe - en el momento en el que tomé la decisión de acompañarte los traicioné, no deseo ir y buscar misericordia, vine porque yo también deseaba salir de todo aquello. Creo que no me importa morir siempre y cuando tú vivas como merecías vivir.

No digo más, aún cuando sé que parte de la culpa de que ella haya huído conmigo es mía, la decisión fue suya, es algo que no pude impedir aunque quise.

-Ese chico... Dereck, va a buscarte, lo sabes ¿cierto? - asiento - cree que tú eres la única culpable de la muerte de su madre, no sabe que los negocios ilícitos de su padre también forman parte de eso. Me pregunto que hará cuando se entere.

-Nada - afirmo - su padre es lo único que tiene y confiará en él hasta que realmente se de cuenta de a quien tiene como aliado.

-¿Lo dices por experiencia?

-Lo digo porque es humano confiar en la familia, creer es completamente natural.

La conversación termina en ese momento y no volvemos a hablar el resto de la noche.
Alba tuvo preparado este lugar casi desde el principio, un par de años después de empezar a cuidar de mi decidió que su pequeño refugio sería para ambas. Siempre tuvo en mente huir, siempre quiso escapar.

Odió aquella vida que llevaba, aquella vida que yo llegué a amar.

Octubre en AbrilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora