Episodio 2

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El olor a comida me despertó lentamente. Abrí los ojos y empecé a observar mi entorno. Lo primero que vi al despertar fue el techo de madera y las paredes del mismo material.

Miré a mi derecha, había una ventana llena de polvo y también era de madera.

Miré a mi izquierda, un mueble de madera pintada recientemente de blanco era la única decoración de aquel rústico cuarto en el que me encontraba.

Me levanté de la cama en la que había pasado unas horas después de desmayarme y me dirigí a la puerta.

Esta conducía a otro cuarto, más grande que el anterior. Este tenía una pequeña mesa de cristal con bordes de madera y estaba rodeada de cuatro pequeñas sillas.

En las paredes de esta habitación había unos cuadros que tenían retratos de monstruos terroríficos que parecía que me miraban con sus ojos negros y sonrisa afilada.

Sin hacerle caso, crucé por la habitación y me dirigí a una pequeña cocina. Un silbido, el mismo que antes, venía de ella. Me acerqué y el olor se hizo más fuerte.

Abrí la puerta y me encontraba enfrente de un hombre con traje de cuero y barba desordenada. Lo miré y el me miró. Luego se dió la vuelta y siguió cocinando.

Tragué saliva y me atreví a preguntarle:

-Disculpe señor, ¿podría decirme donde estoy?

El hombre se dirigió hacia un retrato como el de antes y empezó a hablar con un tono ronco y grave.

-Este lugar no es seguro. ¿Como llegaste aquí?

-No lo recuerdo-Le dijé triste.

Se dio la vuelta y me miró con sus ojos cafés.

-Esta es mi cabaña. Estas a salvo aquí. A no ser que quieras dormir afuera...

-No señor, le agradezco.

-Ok siéntate en la mesa. Estoy preparando la comida.

Obedecí y me dirigí a la mesa de antes. Los cuadros me ponían los pelos de punta. Me senté en una pequeña silla y espere.

Unos minutos después, el hombre se acercó con una olla gigante y encima unos platos, cubiertos y platos.

Pensé que se le caería todo, pero llegó a la mesa sin problemas. Colocó la olla sobre la mesa y empezó a servir la comida.

******

Me encontraba en la misma cama de antes. Miraba por la ventana que mostraba la luna y el cielo totalmente despejado. Entonces empecé a llorar. No sabía dónde estaba ni adonde iría.

¿Donde estas mamá?

******

Me desperté tranquilo, había dormido bastante bien. Me levanté de la cama y me dirigí al comedor. Me asusté demasiado. Lo que yo pensé que eran cuadros de monstruos, eran ventanas.

¿Donde estás Mamá?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora