La chica de las mechas pardos

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La lujuria y timidez de sus ojos, cegaban la finura de sus pestañas. El esplendido movimiento de sus labios; delicadas proporciones inigualables, rozaban la esencia exquisita de su voz. Detrás de cada una de sus frases, sencillas y clementes, se engendraba una acaramelada y fortuita chica, de mechas pardos canadienses.

Pensamientos de media nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora