Capítulo 3 *EL CHICO QUE TENÍA UN HALCÓN DE MASCOTA*

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Narra Magnus-

Ese mismo día habíamos ido a ver a la familia de Alec. Como siempre, Robert y Maryse, los padres de mi chico, me miraron mal, apenas me dirigieron la palabra, pero yo simplemente los ignoré. Estaba ya más que acostumbrado a los desprecios de ambos, apenas nos dijeron nada nuevo que no supiéramos, así que, esperamos a que Isabelle, su hermana, regresara de la universidad para hablar con ella. Max su hermano pequeño, no se encontraba en casa, estaba fuera en una excursión con su clase.

Cuando llegó Izzy, después de saludarme con un beso y un abrazo, siendo estos sinceros, no como los de mis "suegros" nos fuimos a su habitación, para hablar más tranquilamente los tres.

–¿Qué quieres que te diga? Tú y el cabrón ese de Jonathan, eráis muy amigos en realidad. Casi siempre estabais juntos, por eso nos impactó tanto lo que trató de hacerte.

–¿Por qué crees que lo haría? –curioseé expectante.

–No lo sé. Tal vez se volvió loco como su padre. Había rumores de que su padre empezó a darle a la bebida, y que maltrataba a su mujer y a su hijo.

–¿Y solo tenían a Jonathan? –indagué, acariciando distraídamente con mi mano mi barbilla, atento a todo lo que Isabelle nos decía.

–No, también tenían una hija llamada Clary, ella era de mi edad o más pequeña que yo, no estoy segura porque iba a otro colegio. Creo que estaba interna en uno de esos colegios elitistas, un internado de lujo, creo. Creo que su madre tuvo miedo por ella, era su ojito derecho. Lo más seguro es que no quiso que su marido, Valentine, les hiciera lo mismo que a ellos.

 Lo más seguro es que no quiso que su marido, Valentine, les hiciera lo mismo que a ellos

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–¿Y tú como sabes eso, Izzy? –preguntó Alec a su hermana.

–Era muy evidente Alec, como he dicho, Jonathan y tú erais muy cercanos. Él se quedaba muchas veces a dormir aquí, o tú lo hacías en su casa, antes de que corriera ese rumor, después claro, nuestros padres ya no te dejaron ir por las noches a quedarte en su casa. Además, en los últimos tiempos en que lo vimos, siempre iba marcado con cardenales y heridas. Se volvió más serio al igual que su madre, aunque ella, intentaba tapar las marcas con el maquillaje, estás resultaban evidentes.

–¿Y qué fue de ellos? ¿Aún viven por aquí?

–No Magnus. Cuando él le hizo eso a mí hermano, su madre se mudó, no pudo soportar la vergüenza de verse señalada con el dedo, y se marcharon a otro estado, creo, pero en realidad no lo sé seguro. Sé que unos años antes, Valentine iba conduciendo borracho, tuvo un accidente y se salió de la carretera. Estuvo varios días en coma, hasta que finalmente murió, pero ahora que lo pienso, y después de lo que pasó, no me extrañaría nada que Jonathan le hubiese cortado los frenos del coche o algo así. Aunque la verdad es que se lo merecía. Nadie lamentó la vida de ese borracho maltratador.

–Entonces hermanita... ¿no sabes dónde podemos encontrar a Clary o a su madre?

–No, pero, –esbozó una sonrisa– sí que sé quién lo puede saber, Simon, un amigo mío, estudió con ella aquí antes de que la internaran en el otro colegio. Sé que de vez en cuando chatea y habla con ella. Sí quieres se lo puedo preguntar.

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