La siguiente clase fue una que solo teníamos los chicos de agua, y era sobre todo lo bueno que tiene nuestro poder y cómo podríamos usarlo a nuestro favor en el futuro. La clase fue corta pero me hizo entender lo increíble que era mi poder.
Las siguientes clases fueron clases básicas como matemáticas y física, así que no fue nada muy interesante. Raiza y yo teníamos horarios diferentes, entonces no pude verle en todo el día. Mi jornada académica finalizó a las cuatro y media de la tarde, y como pude le escribí a Raiza para vernos, aún era algo nueva con eso del celular, pero ya le estaba agarrando el hilo.
Quedamos de vernos a las cinco en la cancha de basquetbol entonces esa media hora de soledad me la pase tratando de aliviar mi dolor de ojos y frente. Los resultados no fueron los mejores, pero al menos había logrado no sentir tanto dolor al moverme.
Cuando Raiza llegó se le veía muy feliz, conteniendo las ganas de decir algo, en tanto estuvo a una distancia para poder conversar tranquilamente conmigo, comenzó a hablar.
—No adivinarás— dijo sentándose en la misma escalera en la que estaba yo.
—¿Que?— respondí tranquilamente aunque aún cada palabra es como un golpazo.
—Pues, conocí a unas chicas de tierra que organizarán una fiesta esta noche y me han pedido que valla, pero no quiero ir sola, así que me gustaría que fueras conmigo, ¿que opinas?— habló tan rápido que a penas si le puedo entender.
—No me parece la mejor idea— dije y sin querer se me escapa un gesto de dolor.
—¿Por qué?, ¿te encuentras bien?— posó una mano en mi hombro.
—Si, estoy bien— continué mintiendo —, es solo que yo no soy tanto una chica de fiestas es todo.
—Ay por favor amiga, no puedes dejarme ir sola, no conozco a nadie.
—¿Y se supone que yo sí?— dije en tono sarcástico.
—Pues no, pero me puedes ayudar a convivir, será mucho más divertido si tú vas.
—Raiza...
—Por favor...— dijo poniendo ojos de perrito.
—¡Agh! Está bien, pero sólo hasta que encuentres alguien con quien estar, después me iré.
—Bien, me parece justo.
—¿Y a qué hora es y en dónde?— dije colocando un dedo en mi sien para tratar de llevar el dolor.
—Pues, si no estoy mal, es en el teatro, al parecer han logrado convencer a un maestro de dejarlas usarlo. En cuanto a la hora, me dijeron que era de seis y media, hasta la una de la mañana.
—¿Qué? ¿No se supone que todos tenemos que estar en cama a las diez y media?
—Sí, pero la directora Rogers autorizó que las personas invitadas se durmieran máximo a esa hora.
—¿De veras? Wow, pues genial por ellos.
—Sí, y oye solo tenemos una hora y media para arreglarnos, así que yo pensaría que es mejor correr.
—Dirás arreglarte, yo pienso ir tal cual como estoy— dije cruzándome de brazos.
—¿En serio, Avril? ¿Hasta con las gafas oscuras?— que ya supere lo de las gafas oscuras no?
—Sí, hasta con gafas oscuras— dije en tono cómico.
—Okay, haz lo que quieras, pero por lo menos ayúdame a arreglarme.
—De acuerdo, aunque dudo que pueda hacer mucho.
Raiza toma de mi muñeca y me conduce corriendo a la habitación.
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Instituto de Elementos
FantasyLa epidemia comenzó hace 18 años, el mundo ha sido diferente desde entonces, las vidas de todos cambiaron, las familias se separaron y lograron una forma de retener a los «distintos» haciendo una prueba cada año. Esto se debe a que cada año, cada me...