Capítulo 14

89.4K 6.4K 1.1K
                                    

Nos quedamos con Raiza tranquilizándola cinco minutos más hasta que la directora nos llama para irnos. Aún no logro imaginarme un estilo de vida diferente al de la ciudad, además de que aquí tenemos que estudiar, cosa que solo hice durante dos años, me enfrentaré a conocer gente tanto buena como mala y por primera vez en mi vida, siento un inmenso aire de libertad.

Nos despedimos con un abrazo de Raiza, y nos vamos tras el guardia que nos indicará el camino al instituto.

Se abren las grandes puertas del área de preparación, y salimos dejando atrás los tres últimos días.

Subimos a la parte de atrás de una camioneta roja, donde cabemos perfectamente los siete. Arrancamos y tan solo cinco minutos después, el auto se detiene frente a una reja eléctrica que se abre cuando el guardia le hace una seña a la cámara que se encuentra en una esquina, dándonos paso a la entrada, que es algo así como un pequeño patio que solo protege una enorme puerta de madera con picaporte dorado, también se abre con un pitido algo molesto. Las puertas muestran unas realmente enormes escaleras. El guardia nos pide que lo sigamos tras las escaleras, y a mitad de camino ya escucho voces provenientes de la parte de arriba y me empiezan a entrar los nervios. Al llegar a la cima hay otra puerta más, el guardia se voltea hacia nosotros y nos dice «recuerdan las instrucciones de la directora Rogers?» nosotros asentimos y él se da media vuelta para abrir la puerta.

En cuanto la puerta se abre, hay un montón de gente que nos saluda y nos pregunta cómo estamos y todo eso, yo los evito y solo sonrío siguiendo las instrucciones de la directora. Una mujer de unos veinticinco años con ojos verdes se acerca a mi, me pregunta si soy Avril Reyes y yo asiento, me pide que la siga y yo dejo atrás a la multitud de estudiantes.

Me guía hacia un ascensor y oprime el botón 9 de la pared. Al llegar al piso nueve, ella sigue caminando rápidamente sin molestarse en decirme nada, yo trato de seguirle el paso, pero aún así, voy tras de ella.

Se detiene frente a una puerta con el número 909, yo freno en seco para no chocar con ella. Me dice «esta será tu habitación», me abre la puerta y entra conmigo.

—Tiene todo lo que puedas necesitar, una cama, un baño, un guardarropa completo, y si tienes alguna emergencia, puedes llamar por ese teléfono, puedes decorarlo como tú quieras, aquí está tu llave— dijo entregándome la misma llave con la que abrió la puerta —, los días de lavandería son los miércoles y domingos así que no lo olvides, tendrás tu propia laptop y tu propio celular— ¿qué rayos es eso?, ya lo había escuchado, pero no tengo idea de que es —, en tu laptop está tu horario y hay internet por si necesitas buscar algo— se detiene un momento y mira su reloj —, son las tres y media, la cena será a las siete para darles la bienvenida, yo pasaré por ti faltando diez minutos, cámbiate de ropa y si alcanzas date una ducha, yo me encargaré de limpiar tu habitación cuando no estés, estoy a tu servicio, ahora si tienes alguna duda, es el momento para preguntar.

  —Si, ¿porque hay una cama extra?— pregunté dirigiendo mi cara hacia aquella cama que no me pertenece.

  —Ah, es para su compañera, la cual ya fue asignada, pero aún no puede venir, lo único que se, es que como usted es agua, ella es tierra, considerando que tierra es la mejor compañía de agua.— Arqueo mis cajas, sorprendida —¿Alguna otra pregunta?

Sinceramente, tengo el cerebro inundado de dudas, como ¿qué es una laptop?, ¿qué es un celular?, ¿cómo rayos se usan?, pero por ahora, me guardaré mis preguntas y solo haré una de ellas.

—¿Como te llamas?— pregunté amablemente, la mujer me mira con confusión un segundo y después contesta.

—Natalie— respondió calmada y yo asiento —, ¿alguna otra pregunta?

Instituto de ElementosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora