Instituto de Elementos

Capítulo 28

—Deberíamos volver ¿no crees?— le dije yo —Antes de que los guardias se den cuenta de que no estamos.

—Tienes razón— dijo él. Entonces en un movimiento rápido me tomó en sus brazos.

—¡¿Qué haces?!— pregunté divertida.

—¿Qué tiene de malo?— comenzó a caminar.

—Nada... Creo. Pero no es necesario.

—Lo sé, pero quiero hacerlo.

No volví a decir nada. Me cargó hasta mi habitación y se despidió de mí con un beso, ya que no podíamos hablar para no despertar a nadie. Muy feliz me acosté a dormir.

Sabía muy en mi interior que esto estaba bien, que tenía el derecho a ser feliz. Pero, aún había alguna fuerza que me detenía. Me sentía súper feliz por lo que había pasado hoy, pero a la vez me sentía culpable. Era como una voz que me decía que no estaba haciendo lo que debería, pero había otra que me decía que si debía. Oh sí, las voces del cerebro y el corazón.

Al siguiente día, teníamos una reunión con aquellas personas que se encargan de mantener la seguridad tanto nuestra como la de los locales. Querían tener una charla de advertencia aún después de seis días aquí. La reunión sería en uno de los edificios principales de la ciudad y fuimos llevados en autobús.

Al entrar en la sala en la que me correspondía según mi edad, había una mesa larga, muy larga con cinco personas sentadas y las demás sillas vacías para nosotros.

—Buenos días muchachos— dijo una mujer que está en la cabeza de la mesa —, espero que los días que han pasado aquí hayan salido bien y que los hayan manejado correctamente.

—La reunión de hoy— prosiguió un hombre que está a su lado —, tiene la intención de darles algunas advertencias. Sé que ya llevan un par de días aquí pero era para ver qué tan desarrollado estaba su sentido común.

—Primero— dijo otra mujer —, que remos decirles que puede pasar, o mejor dicho, que deben hacer si una persona normal averigua sus poderes.

»Lo más inteligente es que en ese mismo momento llamen a alguien de fuego para que le borre la memoria, claro si es que no son de fuego. Pero si no hay nadie cerca, les daremos un par de indicaciones para solucionarlo según su elemento. Si son de tierra, atúrdanlo hasta que encuentren a alguien de fuego. Si son de aire, métanse a su cabeza y cambien ese recuerdo por otro. Y si son de agua, solo hipnotícenlo para que olvide.

»Una vez hayan hecho cualquiera de estas, deben acudir a un asesor y decirle lo que ocurrió, ya que deben ser castigados por no tener cuidado.

—Ahora, queremos advertirles que hemos descubierto a una mezcla entre las personas que vinieron al viaje— mi mandíbula se tensó, ya sabían, ¿qué se supone que debo hacer ahora? Los demás ponen cara de sorpresa —. Así que, les pido que tengan absoluto cuidado, y, si es alguien de aquí, que confíese en este momento— silencio —. Bien, sé que la reunión estuvo corta, pero asumo que no hay mucho que contar. Estaremos trabajando en encontrar a la mezcla, pueden irse.

Salimos lentamente de la sala, y no puedo evitar que mi rostro se quede sin color. Me encontrarían tarde o temprano, ¿qué debo hacer, que debo hacer? Hablaré con la directora Rogers en cuanto pueda, estoy segura de que ella sabrá qué hacer.

Bajamos al autobús y volvemos al hotel. Raiza va a la habitación y yo me saco la excusa de que iré a tomar algo. En cuanto me libro de ella, me voy corriendo a buscar a Evan por todo el vestíbulo y los ascensores. En la esquina de un pasillo, choco con él, parece que el también estaba buscándome pues parece aliviado al verme.

—Te estaba buscando— dijo abrazándome y confirmando mi sospecha.

—Yo también— lo besé —¿Qué voy a hacer ahora, Evan? Están buscándome, me encontrarán, me arrestaran, me castigarán, me...— él me interrumpió tomando mi rostro entre sus manos.

—Cálmate. Lo resolveremos. Hablaremos con la directora Rogers y ella sabrá qué hacer, ¿de acuerdo? Pero cálmate y respira, estarás bien, yo me encargaré de ello— vuelve a besarme.

—Tienes razón, tú tienes razón... Si, la tienes, tienes razón— él rió un poco ante mi nerviosismo y luego me rodeó por los hombros.

—Ya. Ven, vamos a comer algo.

—Vale.

En la cafetería del hotel logro calmarme un poco, pasamos un momento agradable y logre olvidarme aunque sea por un rato. Esto se va a resolver, sé que lo hará.

Holiwis... De nuevo un capítulo algo corto pero ñe! Que se le hace. Comenten y voten si les gustó y nada pues nos leemos la próxima, baaaaaaayyyyy.

Pao.