Un rato más tarde regreso a mi habitación con Raiza. Se nota que realmente ninguna de las dos tiene ganas de hacer actividad alguna, así que empezamos a conversar.
—¿Cómo estás?— me preguntó.
—Muy bien, ¿por qué lo preguntas?
—Porque te fuiste.
—Ah.
—¿Quién crees que pueda llegar a ser esa mezcla?— tensé un poco mi mandíbula pero esperé que ella no lo notara.
—Para serte sincera, no lo sé. No se me ocurre nadie en este momento.
—Ya veo.
Me siento demasiado nerviosa hablando de esto con Raiza. Ella desde que estábamos en la zona de preparación dudó sobre mi apariencia ¿qué le impedía dudar de mí ahora? Estoy preocupada por los siguientes instantes, y todo empeora cuando ella me dice:
—¿Por qué nunca te quitas las gafas?— en aquel momento sentí miedo, demasiado ¿qué rayos debo responder?
—Porque... Mis ojos son muy sensibles al sol— que excusa tan mala.
—Pero estamos adentro.
—Bueno, a la luz en general son sensibles... Mis ojos— dije torpemente.
—Ya. Bien, la luz aquí está baja, de seguro no habrá problema en que te los quites.
—¿Qué?
—Quítatelos— demonios me atrapó.
Dudo un poco primero. Después recuerdo una de las primeras prácticas con la directora y para suerte mía hay una botella de agua en la mesilla de noche. Bebo un poco aunque Raiza me mira algo confundida y con algo de nervios, me quito las gafas.
Miró mis ojos como si no tuvieran ningún problema. Subió los hombros como diciendo «Okay, no pasa nada» y regresó la mirada a su teléfono. Volví a ponerme mis gafas y salí una vez más de mi habitación, a pesar de que recién llegaba.
Tenía que cumplir ciertas labores estando aquí así que salí del hotel a conocer gente en una discoteca. No fue la mejor elección debido a mi eterno dolor de cabeza, pero me pareció un lugar en el que las personas conocen a otras sin resistirse. Por suerte ese día elegí ropa un poco casual pero a la vez coqueta, entonces no tardaron en invitarme a bailar. Algunos chicos muy normales simplemente hablaron sobre ellos, también platiqué con una que otra chica y ya en la noche, salí de aquel lugar.
Me encontré con Evan en el vestíbulo y decidí hablar con él.
—Creo que Raiza sospecha que yo soy la mezcla— le dije.
—¿En serio, por qué?
—Pues hizo todo lo posible para que me quitara mis gafas, claramente sospechando, pero igual y al final me las quite después de beber un sorbo de agua y todo fue normal.
—Ah ya. Pero igual déjala, la convencerás de que no eres tú, convenceremos a todos.
—Eso espero.
Caminamos unos minutos en silencio hasta que él vuelve a hablar.
—Oye ya logré conseguir hablar con la directora— me dijo.
—¿De veras?¿Cuándo?
—Pues...— revisó la hora en su celular —En unos veinte minutos.
—¿Qué?¿En serio lograste que pudiéramos hablar con ella hoy?— la última palabra la resalté.
—Oh sí, créeme que ella se preocupa por ti. Por eso no fue gran problema que accediera a hablar hoy mismo.
—Genial.
Veinte minutos después nos dirigimos a la habitación de la directora (de la cual solo nosotros conocemos la ubicación). A pesar de que nos abre la puerta en pijama y sin maquillaje, no parece sentir pena alguna, jamás creí llegar a verla así. Es obvio que ya nos tenemos confianza. Nos pide tomar asiento en la cama, pues no hay sillas.
—Supongo que ya sabes de qué queremos hablarte— le dije.
—Claro que lo sé, querida. O sino créeme que no los recibiría en pijama— rió un poco.
—Bueno y ¿qué haremos?— preguntó Evan.
—Veo que ya se arreglaron— me dijo la directora. Evan me mira confundido.
—Sí— respondí yo.
—Okay, bueno siempre antes de una reunión, me informan que les van a decir, ya que ustedes son mis estudiantes y están a mi cargo. Al saber lo de la mezcla claramente me preocupé por ti. Pensé en que podría hacer para ayudarte. Pero, después de las reuniones me contaron su plan para hallar a la mezcla y en verdad en un proceso breve en el que puedes pasar desapercibida, claro, con cierta ayuda.
—¿Qué debo hacer?
—Bueno, el proceso lo harán pasado mañana entonces tienes tiempo. Más que todo el proceso lo revisan por el color de cabello y los ojos, también otro par de cosas. Entonces mañana deberás aislarte lo más posible de tu segundo elemento y aferrarte al primero, el agua. Entonces, mañana durante todo el día, te necesito muy abrigada, lo más posible. Y quiero que tomes mucha agua, mucha, de nuevo, toda la posible, ¿okay? Y en la noche date un baño con agua helada, con eso debería bastar.
—Okay, lo haré, ¿algo más?
—No, creo que no. Supongo que ya se pueden ir a dormir, o a hacer lo que quieran, yo dormiré.
—Está bien. Buenas noches— dije yo.
—Buenas noches— dijo Evan.
—Buenas noches— respondió la directora.
Salimos al pasillo y caminamos juntos un rato más.
—¿A qué se refiere con que ya nos arreglamos?— me preguntó.
—Ah pues, le había dicho que planeaba alejarme de ti por un tiempo, y la verdad no parecía contenta por ello. Pero igual, ya estamos bien ¿no?
—Claro que sí— me dijo sonriendo.
Por más de que intente evitarlo, no puedo. Evan me parece demasiado adorable cuando está conmigo y eso sólo me hace quererlo aún más. Nos despedimos con un beso y tomamos caminos diferentes.
Unos pasillos más adelantes, me encuentro con Raiza, trae una pequeña maleta y una almohada.
—Oye, haré una pijamada con unas chicas de tierra, ¿okay?— dijo alegre.
—Seguro, no te preocupes, pásala bien.
—Lo haré.
Pasa por mi lado y cuando ya no podemos ver nuestros rostros, me agarra del brazo.
—Una cosa más— dijo. Acercó su rostro a mi oído —. Tus ojos no son azules— me susurró y continuó con su camino.
Hello! :3 bueno, quisiera saber qué tal les pareció el capítulo y eso. Comenten y voten si les gustó y pos nos leemos la próxima semana. Ah y feliz año nuevo atrasado. Arrivederci.
Pao.
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Instituto de Elementos
FantasyLa epidemia comenzó hace 18 años, el mundo ha sido diferente desde entonces, las vidas de todos cambiaron, las familias se separaron y lograron una forma de retener a los «distintos» haciendo una prueba cada año. Esto se debe a que cada año, cada me...