Capítulo 46

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Seco las lagrimas con mi puño, enfadada. ¿enamorado de mi? por favor, eso no hay ser vivo que se lo pueda creer, si estuviese enamorado de mi me habría buscado en cuanto salí por la puerta de su estúpido apartamento, mejor dicho, no me habría dejado salir de él. Habríamos arrelado las cosas y nuestra historia sería como en una película, con un final feliz. Pero no, el imbécil decidió que era mejor que no me viera más para que me espíe y encima me venga diciendo estupideces como las que dijo hace unos minutos. ¿Es que no tiene ni una pizca de remordimiento por romperme una vez el corazón y hacer el intento de volvermelo a romper una vez que ya estaba bien? ¿cómo no pude darme cuenta de lo psicópata que era cuando salíamos? ¿por qué no tomé en cuenta sus repentinos celos por cualquier chorrada? ¿por qué dejé que nos reconciliaramos? no entiendo nada, si me quisiera me buscaría ¿no? ahora mismo no entiendo nada.

Empiezo a correr, no me importa que me regañen mis padres por faltar a clase,los profesores por no traer los deberes, mis amigas por irme sin avisar, no me importa nada en estos momentos solo necesito un tiempo para pensar, pensar en lo que dije, pensar en lo que debí decir y en lo que le diré. Entro a mi casa con un profundo suspiro y me tiro al sofá, estoy cansada física y emocionalmente, muchos piensan que tener una discusión con una persona que te importa no cansa a no ser que pases horas discutiendo y tal, este mensaje va para ellos, que se jodan. No puedo con mi alma, esto me esta matando poco a poco y no se que hacer para parar, lo tengo que ver todos los días a casi todas horas y aguantar su dura mirada en mi cuello a parte de que hasta hoy me espiaba para según el, ver si yo había pasado página y aunque solo fuese para molestarlo empecé a salir más, con mis amigas recorrimos varias veces el centro comercial y cosas de ese tipo pero sentir ue alguien te observa durante casi las 24 horas del día no era muy agradable, se puede decir que ya se lo que siente un famoso acosado por paparazzis. Y pensar que la persona que más te hace llorar es la que, a la vez, mas sonrisas te puede sacar... Es casi irónico.

Científicamente es casi imposible que un ser vivo se quede sin lágrimas pero es así como me siento, estoy en uno de esos momentos en los que me encantaría llorar, de impotencia o de tristeza la verdad no importa el motivo solo el hecho de hacerlo pero no puedo, mi cuerpo no reacciona a mis súplicas de soltar aunque sea una pequeña lágrima para poder desahogarme. Pensar que cuando eramos pequeños llorabamos por estupideces es cómico pero ahora lo hacemos por estúpidos no lo es tanto. Creo que lo normal en mi situación sería tumbarme en la cama a ver películas romanticas con un triste final acompañada de un pote de helado pero no es de lo que ahora mismo tengo ganas, necesito un cambio, físico y emocional, ya no seré más aquella niña que se dejaba enamorar no, ahora esa Amy dejará de existir hasta el momento indicado con el tio indicado. Sin más que decir o que pensar cojo mi dinero, las llaves de mi coche y me dirijo al centro comercial, sin pararme apenas camino hacia la peluquería y aunque probablemente Sam me mate por esto, me lo voy a cortar, mientras le digo lo que quiero que me haga a la amable dependienta pienso en la gran bronca que me echará por hacerlo.

La señora me acompaña hasta la pequeña habitación dedicada exclusivamente para los cortes, me siento y espero paciente mientras observo todo a mi alrededor. Las paredes son de color morado con lineas rosas en forma de olas, en la pared que está frente a mi hay un enorme espejo con tres sillones delante, detrás mía hay una especie de lavabos o como se llamen esas cosas y de fondo enormes estanterías con muchísimos tipos de shampo diferente ¿para que querrán tantos? quien sabe. Unos minutos más tarde vuelve la señorita y empieza a hacer su trabajo. Alrededor de 40 minutos más tarde me deja verme al espejo y me sorprendo al darme cuenta que aparte de cortarme el pelo y decolorarme un poco las puntas me lo ha ondulado, una gran sonrisa se expande por mi rostro y tras darle las gracias y pagarle salgo de la peluquería, siguiente paso: nueva ropa, otra cosa por la cual Sam me matará al enterarse de que no la incluí pero no se puede tener todo en esta vida, me meto en varias tiendas y compro todo lo que me gusta y oviamente me queda bien, la bronca que me echará mi madre al saber que estoy usando la targeta de emergencia femenina que me dio mi tia cuando empecé a interesarme por la moda. Según mi madre ese dinero en vez de utilizarlo en lo que había dicho mi tía (comprar ropa cuando tuviese una necesidad) lo iba a utilizar para algún accidente o algo que yo hiciese pero después de 3 años con ella no he hecho nada, por lo tanto tengo todo el derecho a gastarmelo.

Horas más tarde llego a mi casa junto a todas mis cosas y me tiro en mi cama, analizo todo lo que me ha pasado estos últimos meses: empecé a salir con el que pensé que era el mejor del mundo y estuvimos juntos un corto periodo de tiempo, luego de eso llegó mi mejor amigo y creyó que me lié con el, cortó conmigo después de hacer que perdiese toda mi dignidad, estuvo espiándome durante dos meses y hoy después de toooodo ese tiempo se dignó a hablarme, pero en vez de intentar que nuestra ruptura no fuese tan horrible me mintió dicendome que estaba enamorado de mi y cosas como esa, lo siento Chase pero ya lloré suficiente por tí aunque no debí de hacerlo. De ahora en adelante está totalmente prohibido llorar por un chico que no merece la pena.

No más lágrimas, ya no

Problemas PendientesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora